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Benítez, durante el clásico.
La peor derrota de Rafa Benítez
real madrid

La peor derrota de Rafa Benítez

El técnico blanco se traicionó ante el Barça, con un equipo más propio de los deseos de los mandatarios que de su filosofía

Rodrigo Errasti Mendiguren

Domingo, 22 de noviembre 2015, 18:47

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Rafa Benítez sigue, por ahora. El Real Madrid tiene decidido mostrar confianza en el entrenador madrileño, alegando que sólo lleva tres meses en el cargo, que los últimos cinco técnicos blancos también perdieron su primer partido contra el Barça por lo que aún hay tiempo por delante para conseguir que firme una gran campaña. Es probable que tras la próxima junta directiva, prevista para esta semana, se le muestre un apoyo público con un comunicado. Comparecer ante los medios de comunicación para refrendarle sería considerado apretar un poco más la soga, el preludio a su despido.

En los pasillos del club se considera que los próximos partidos, a priori más o menos sencillos ante Shakhtar, Eibar y Cádiz, al ser lejos del Bernabéu podrían mejorar el panorama y que haya una tregua con la afición, que el sábado apuntó más alto con el grito «Florentino, dimisión». Consideran que habrá una mejora de resultados y, en caso contrario, incluso dicen con la boca pequeña que no está descartado convocar elecciones. Ninguno cree que será necesario llegar tan lejos y poner en esa situación al presidente. Florentino, mientras le increpaban tras el 0-4, respondió con gestos de su incapacidad para evitar lo que estaba sucediendo. Su particular Liga contra el Barcelona desde que accedió al cargo arroja un balance demoledor: de 11 victorias, 11 empates y 16 derrotas, con 51 goles a favor y 66 goles en contra.

Quizá por ello, y por si acaso, Florentino no cumplió su costumbre y evitó ir a Valdebebas este domingo a ver al Castilla, que se medía con el Barakaldo. Mejor evitar posibles protestas, medida que ya se notó en el volumen de la megafonía en cuanto Fernández Borbalán señaló el final del partido. Los directivos creen que, después de justificar que Carlo Ancelotti fuera sacrificado porque el equipo necesitaba un «impulso», la caída de Benítez supondría dejarlo todo en que el posible sustituto arreglase una situación que parece no ser sólo culpa del técnico.

En mayo, después de perder la Liga en el Camp Nou y la eliminación en semifinales ante la Juventus, se explicó en los corrillos del estadio que había futbolistas acomodados, poco entrenamiento y muchas lesiones. Nada ha mejorado desde entonces. Ni los resultados (a seis puntos del Barça) ni el problema médico (la convivencia con el doctor Olmo es insostenible) y, además, se ha destruido la unión entre el técnico y los futbolistas.

La realidad es que esta directiva nunca ha tenido una admiración especial por la figura del entrenador. Sólo José Mourinho, al que algunos aún añoran y estarían encantados de que volviese, les transmitía respeto.

El sábado, cuando muchos aficionados pasaban los arcos de seguridad, uno de esos directivos realizó una confesión a varias personas con las que debatía sobre el posible once inicial. «¿Casemiro? Yo, si fuese entrenador, siempre pondría a los mejores. Eso te da una coartada incluso aunque salga mal». Se podría pensar que fue una valoración personal, pero seguro que Carlo Ancelotti, Manuel Pellegrini, Vicente del Bosque o José Antonio Camacho se tomarían unos segundos antes de responder.

En el club siempre hubo jugadores a los que Florentino Pérez y el resto de mandatarios miraban de una manera especial. Esos que generan ingresos sin pisar el césped, los que deben jugar para atraer espectadores al estadio estén en buen momento de forma o acaben de salir de una lesión. Bale, Benzema, James, Cristiano, como antes lo fueron Kaká, Beckham, Zidane, Figo o Ronaldo Nazario. Los buenos, siempre en el césped. Aunque no haya esquema posible que los pueda agrupar en su sitio. El actual seleccionador nacional aún recuerda, días antes de ser despedido y no poder finalmente ser el jefe del icono inglés, el comentario de que Zidane podría terminar siendo un gran líbero, al estilo Matthaus o Beckenbauer.

Descolocados con James

El sábado, el entorno más cercano de Florentino no tenía duda alguna de que Benzema -pese a todos los problemas deportivos y extradeportivos que arrastraba en las semanas precedentes- sería titular. La duda pasaba por James, más después de que el colombiano se quejase de su suplencia en Sevilla. A Benítez el cuerpo le pedía poner a Casemiro y Carvajal, pero no lo hizo. Eso es lo que peor lleva el técnico. No haber seguido su instinto. Se traicionó a si mismo, viendo que se recuperaban muchos de los 'jugones'. «Queríamos apretar, atacar, e intentar recuperar el balón arriba. Apostamos aprovechar los jugadores de calidad y experiencia pero ahora está claro que nos equivocamos», explicó con gesto abatido en la sala de prensa.

La realidad es que el técnico, tras meses de trabajo, no ha conseguido que el Real Madrid sea su equipo. No tiene identidad y, sin esos resultados que al principio le permitían prolongar su discurso incluso en días sin juego como ante el PSG, el proyecto se desmorona. Tras caer ante el Sevilla, el técnico sabía que llevarse el 'clásico' podía ser un punto de inflexión. Tenía dos semanas por delante para meditar el plan y más jugadores que nunca en un parón internacional. Sólo Danilo, James y Varane, de su once, estuvieron ausentes algunos días. Pese a ello, cuando ya contaba con toda la plantilla, no probó con el presunto equipo titular. Ni una pista, al punto que varios se sorprendieron al ver que jugaba la BBC con James... una vez se bajaron del autobús, ya en el estadio. Les descolocó más incluso que la baja de Messi en el cuadro rival.

La sombra de Ancelotti

El vestuario no congenia con el técnico desde antes de estas dos derrotas consecutivas. Niegan que la ruptura sea tan brutal como para estar jugando a un nivel inferior del habitual, pero está claro que no hay el 'feeling' que existía con Carlo Ancelotti. El italiano antes del clásico explicaba en su blog de Sina que «Cristiano no es solo el mejor, además es mi amigo». Por contra, la RAI hablaba de un ultimátum, que es falso según el entorno del luso, del '7' a Florentino. La ruptura es real, pero no hasta ese punto. De hecho, Marcelo reaccionó mal cuando le hablaron de falta de actitud en el partido y terminó llamando «tonto» al periodista que le hizo la pregunta, si bien después se disculpó. Benítez dijo ante los medios que en el descanso había visto rabia en el vestuario, pero sólo se notó en la zona mixta.

Allí, Sergio Ramos, que fue el más entero en comparecer ante los medios, no ocultó los problemas. «No le hemos hecho un partido incomodo al Barcelona, no le hemos hecho una presión alta; con ella sufren siempre y cuando no le juegas de esa manera, están como un pez en el agua», explicó el andaluz. Antes de irse, reconoció que era «una noche jodida», afirmó que «sería absurdo no estar a muerte con tu propio entrenador» y recordó que «aún es pronto para hablar de fracaso».

Este lunes, después de disfrutar de una jornada de descanso mientras el Barcelona se ejercitaba después del 0-4, vuelven a verse. Asumen que habrá vídeos, charlas y estadísticas, aunque muchos dudan que sirva para algo. «No estuvimos compactos y no luchamos todos juntos, cuando lo hacemos somos buenos. Siempre decimos que tenemos que aprender pero nunca aprendemos», se lamentó de modo amargo Modric. Y es que hasta el corazón parece haber perdido este Madrid.

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