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Cristiano Ronaldo lamenta una ocasión fallada. Reuters
Grave pinchazo del Madrid contra suplentes
jornada 25

Grave pinchazo del Madrid contra suplentes

El líder, sin pegada ni control, chocó contra Asenjo y el orden defensivo del Villarreal y firmó su primer empate en una Liga que se le complica

Amador Gómez

Domingo, 1 de marzo 2015, 00:17

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La Liga comienza a complicársele al Real Madrid después del grave pinchazo sufrido ante un Villarreal plagado de suplentes que, después de romper el fortín del Calderón y obligar al Barça a remontar dos veces en el Camp Nou, también profanó el Bernabéu, donde para los blancos no fue suficiente el primer gol de Cristiano Ronaldo en el campeonato casi tres meses después. Tampoco le sirvió al Madrid volcarse en el tramo final sobre la portería del equipo castellonense, cuando sometió a un asedio constante a tan digno rival, que se salvó de la derrota gracias a Asenjo y a la falta de puntería del líder.

El Real Madrid de la casta y el orgullo volvió a aparecer ante su afición, entregado hasta el último minuto a un ataque sin tregua, pero los blancos de las ráfagas y la ausencia de autoridad frente a rivales inferiores chocaron contra el guardameta y la organizada defensa del submarino amarillo y firmaron su primer empate en esta Liga. Al Madrid, demasiado sobreexcitado, con más corazón que cabeza, le faltó pegada en el partido en el que Carlo Ancelotti fue pitado por la afición por retirar a Isco, aunque el malagueño que para el italiano ya es imprescindible en el once no tuvo una buena noche frente al orden del sorprendente equipo de Marcelino.

«Lo siento si la afición no entendió el cambio de Isco»

  • CARLO ANCELOTTI

  • «Lo siento si la afición no entendió el cambio de Isco», comentó Carlo Ancelotti después de recibir el reproche unánime del Bernabéu tras retirar al jugador malagueño. «No sé si ha habido ansiedad en el equipo, pero Asenjo ha hecho muy buenas paradas y no hemos tenido suerte en la finalización. Hemos tirado 24 veces y sólo siete a portería», se lamentó el técnico italiano, que no ocultó que en la primera parte el Real Madrid «tuvo un ritmo demasiado bajo y la circulación de balón fue demasiado lenta». «En el primer tiempo hemos jugado demasiado lento, todo lo contrario que en la segunda», insistió el entrenador blanco, para quien «el equipo está mejorando». «Hemos llegado muchas veces, pero no hemos tenido suerte. Es verdad que hemos perdido dos puntos, pero la Liga se va a decidir en el último partido. Dos puntos no son nada, pero es una ventaja que tenemos que disfrutar. El próximo partido (el sábado en San Mamés) va a ser difícil, pero tenemos que reaccionar bien», reclamó a los suyos.

Las mejores ocasiones las tuvo el Madrid en la segunda parte, casi todas de Cristiano, porque en la primera, pese a su dominio, apenas dispuso de oportunidades en ese período. Sólo un par de ellas a balón parado. Fiado a las internadas de Marcelo y a los centros al área del brasileño desde la izquierda, y las esporádicas intentonas de Bale por la derecha, el Real Madrid ya careció entonces de movilidad y velocidad arriba y, su principal baza, Cristiano, casi no participó en el juego, lo que ya auguraba un encuentro complicado para los blancos, pese a que el Bernabéu parezca siempre terreno prohibido.

Lo mejor del Madrid al descanso fue el resultado, ya que ni no llega a ser por Casillas y Carvajal, hubiesen encajado un gol antes del cuarto de hora, cuando el portero rechazó casi a bocajarro un disparo de Gerard Moreno y el posterior remate de Moi Gómez lo sacó bajo palos de cabeza el lateral madrileño. Fue en ese inicio de partido cuando, el Villarreal, muy valiente y sin renunciar a jugar al fútbol intentando aprovechar los espacios, dejó en evidencia a una defensa que sufre demasiado sin Sergio Ramos, pese a que Varane sea un buen central y también tenga mucho peligro ofensivo en las acciones aéreas.

Aceptó la pelea de tú a tú en los primeros minutos el Villarreal y casi le sale bien, porque se mostró muy disciplinado atrás y le arrebató en ese comienzo el balón a un equipo que tuvo escasas rachas de juego aceptable y abusó del juego por las bandas, pese a que Isco, con sus habituales detalles de clase y esfuerzso, también quiso intentar aportar chispa a un ataque local excesivamente romo. Le faltó también, aparte de mayor rapidez y fútbol combinativo, confianza al conjunto madridista en esa primera parte en la que el Villarreal tejió una tela de araña en el centro y la zaga para evitar que Cristiano y compañía entrasen en juego. Por ello, sufrió muy poco en esa mitad el submarino amarillo, que se fue echando atrás al comprobar que el Madrid, necesitado del triunfo, empezó a empujar, a pesar de su escaso acierto.

Después de muy buenos 20 minutos del Villarreal, el Real Madrid empezó por fin a imponer su superioridad, aunque sólo sobre el terreno de juego, porque el marcador continuaba a cero, sin oportunidades claras del líder y con Cristiano sin aparecer en un ataque demasiado estático y a expensas de la inspiración y los centros de Marcelo y los fogonazos de Bale. El galés llegó a mandar un remate al travesaño al filo del descanso, cuando el Madrid atacaba sin criterio ni control frente a un contrario que salió con vida del asedio durante esa equilibrada primer parte en la que los blancos ni supieron ni pudieron desplegar su juego. El Bernabéu asistía con cierta preocupación a ese soso empate que confirmaba la escasez de ideas, llegada y ocasiones de un Madrid más que discreto.

Respiró el Madrid y sus aficionados gracias al grave error cometido por Bailly casi nada más empezar la segunda parte. El central costamarfileño fichado en el mercado de invierno le hizo una llave de judo a Cristiano, no paró hasta que derribó al portugués, que seguramente no llegaba al balón, y el árbitro no dudó en señalar tan claro penalti. Cristiano, que se sigue estrellando con los libres directos aunque no falla como Messi desde el punto fatídico, no perdonó, y el Madrid, que había salido con mucha ambición en la segunda parte, se adelantó. Sin embargo, la alegría sólo duró 12 minutos, porque poco después de que Marcelino llevase a cabo dos cambios, hombre por hombre, y demostrase que no renunciaba a nada al sacar a Vietto, apareció por primera vez el argentino y Gerard Moreno lanzó un zurdazo pegado al palo al que no llegó Casillas.

Le entraron entonces las prisas al Real Madrid y emergió Cristiano para intentar decidir, aunque el portugués chocó en un par de ocasiones con un fantástico Asenjo -que al final tuvo una cantada tremenda- y también se fue desesperando, mientras su equipo, roto y fatigado, tenía cada vez más problemas para controlar al Villarreal. En ese peligroso toma y daca, donde el Madrid casi siempre suele salir triunfante por su calidad y pegada. Sin embargo, Jesé no acertó casi a puerta vacía y el Madrid tuvo que dar de nuevo las gracias a Casillas por el paradón con el que respondió ante Vietto cuando el líder estaba siendo dominado y el Bernabéu rezaba por un milagro. Pero no hubo, porque el árbitro, porque mucho que se le reclamase penalti, no picó en la caída de Chicharito en el área.

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