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Cristiano, en una bronca
Las manchas que ensucian al Balón de Oro
FÚTBOL

Las manchas que ensucian al Balón de Oro

El Real Madrid trabaja para que Competición no considere agresión la patada y Cristiano esté en el Calderón

IGNACIO TYLKO

Lunes, 26 de enero 2015, 01:19

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Los madridistas celebraron en el vestuario Nuevo Arcángel una de esas victorias de las que nadie se acuerda dentro de un par de meses y que en el balance final de curso permiten ganar ligas, tal y como reconoció al término del partido Iker Casillas, pero hubo malas noticias para el equipo blanco, que ensució su imagen por culpa del mal juego y de la antideportividad y altanería de Cristiano Ronaldo.

Existe inquietud en el equipo blanco por la sanción que le pueda caer el astro portugués, aunque se confía en el acta del árbitro, que sólo se refirió a una «patada», en las disculpas del jugador y en las alegaciones para que la aparente agresión a Edimar no se considere como tal y sólo le caigan dos partidos de suspensión que le permitirían disputar al derbi del 7 de febrero en el Vicente Calderón, tras recibir los blancos en su feudo a Real Sociedad y Sevilla.

«En el minuto 83, Cristiano fue expulsado por dar una patada a un adversario sin estar el balón a distancia de ser jugado». Así reflejó el canario Hernández Hernández lo sucedido. No escribe sobre el manotazo a Crespo, ni tampoco sobre el gesto de limpiarse el escudo de campeón del mundialito de clubes cuando salía del campo, lo que más indignó a la hinchada cordobesista.

Tampoco el Comité entrará de oficio para analizar algún que otro brazo soltado por el astro de Madeira, que arrojó porquería sobre la figura que tanto le costó lavar desde su aterrizaje al Real Madrid en 2008. «Pido disculpas a todos, y especialmente a Edimar, por mi acto irreflexivo», expresó después el Balón de Oro a través de las redes sociales. El brasileño le perdonó y reconoció que a todos les puede pasar algo así. «Lo tomo como un momento de frustración, de nervios», subrayó Edimar.

Existen precedentes para todos los gustos, pero el Real Madrid se agarra a una acción parecida, ocurrida el pasado diciembre en un Valencia-Rayo de Copa. Rodrigo golpeó a Morcillo y vio la roja directa. Al delantero le cayeron dos partidos de suspensión «por dar una patada a un adversario estando el balón en juego pero no a distancia de ser disputado», según escribió el juez en el acta.

Competición puede aplicar dos artículos del Código Disciplinario a la hora de sancionar a Cristiano: el 98, que contempla de «cuatro a doce partidos de suspensión para agresiones que no causen lesión y se produzcan con el juego parado o a distancia tal que resulte imposible disputar el balón». En esa jugada, el esférico estaba en poder del portero Juan Carlos. Si el órgano jurídico de la Federación estima que sólo es una acción violenta o peligrosa, utilizaría el artículo 123, que fija una condena de uno a tres partidos.

Cinco expulsiones

Se trata de la quinta expulsión que Cristiano ha sufrido en el fútbol español, donde en los últimos meses se había ganado más admiración de las aficiones rivales porque su comportamiento era más humilde. Tras un esfuerzo personal y de sus asesores, el luso se mostraba más deportivo y elegante sobre el campo. Hasta ahora, Cristiano, había sufrido dos partidos de castigo por propinar un codazo a Mtiliga (Málaga), uno por dar un manotazo a Ortiz (Almería), dos por los 'enseñar' los tacos a Gabi en la final de Copa y tres el curso pasado tras tirar del pelo a Gurpegui, soltar un manotazo a Iturraspe y desconsiderar al árbitro.

La impotencia y arrogancia de Cristiano centraron la atención en el día después del partido pero no esconden el peor encuentro jugado por el Real Madrid en esta temporada y uno de los más pobres de la era Ancelotti. Los blancos ganaron gracias a ese penalti postrero que cometió Fede Cartabia y aprovechó Bale pero perdieron sus señas de identidad. No manejaron el partido, elaboraron poco, no controlaron los tiempos ni los espacios y apenas crearon ocasiones.

Fue un equipo cansado, previsible, a merced de los contragolpes de un gran Córdoba. Kroos tardó en replegar y Khedira, peor que Illarramendi, dejó malas sensaciones. El choque echó por tierra la teoría de que al Real Madrid le venía bien caer en la Copa para poder preparar durante una semana el siguiente duelo liguero. Sin Cristiano, obligado a pasar por el diván y a recuperarsebien física y mentalmente, Ancelotti podrá equilibrar más a su equipo con un cuarto centrocampista que permita un repliegue más ordenado y jugar más juntos.

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