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P. RÍOS
Jueves, 20 de noviembre 2014, 01:15
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Cuando Cristiano Ronaldo afirmó en agosto que «me gustaría volver un día al Manchester United», el revuelo mediático duró poco. Sin embargo, el eco de unas declaraciones similares de Leo Messi amenaza con prolongarse durante mucho tiempo. La diferencia es que el Real Madrid, con el liderazgo indiscutible y autoritario de un Florentino Pérez sin oposición, no atraviesa una crisis institucional mientras que la actual junta directiva del Barça se tambalea al mismo tiempo que el equipo de Luis Enrique sigue buscando una identidad.
Jorge Messi, padre y representante del '10', intentó suavizar el contenido de esos mensajes en los que su hijo dejaba en el aire su continuidad en el Barça. «A día de hoy no hay nada de nada. El pensamiento sigue siendo quedarnos aquí, pero como la gente lee entre líneas, se exagera», comentó en declaraciones a La Vanguardia, abriendo de paso una puerta para seguir el juego a Leo: «Él está contento aquí, pero está claro que si el día de mañana el club dice 'tenemos esta oferta, te queremos vender' pues habrá que estudiarlo».
Messi firmó antes del Mundial una mejora económica del contrato que le ata al Barça hasta el 30 de junio de 2018. Lo cierto es que muy pocos clubs en el mundo pueden pagarle los 20 millones de euros anuales que cobra o acercarse a la cláusula de 250 millones. Posiblemente, sólo el PSG, por un arrebato de su jeque, o el Manchester United de la mano de Adidas.
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