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El delantero del Oporto Ricardo Quaresma celebra su tanto ante el Athletic de Bilbao.
El Athletic sigue sin escapar de su espiral negativa

El Athletic sigue sin escapar de su espiral negativa

Los vascos sucumben por sus propios errores ante el Oporto después de una segunda mitad en la que pudo haberse adelantado y son colistas de grupo

RODRIGO ERRASTI

Miércoles, 22 de octubre 2014, 01:04

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El Athletic cayó en Oporto arrastrado por su actual dinámica negativa pese a no completar un mal duelo, y su sueño europeo pasa ahora por un milagro en forma de un triple triunfo en las jornadas restantes, dos de ellas en San Mamés. Mejoró sus prestaciones respecto a sus últimos partidos, sobre todo en una segunda mitad en la que tuvo opciones para adelantarse y haber dado un golpe de timón en un grupo que ahora cierra pese a que el Bate se llevó otra goleada histórica ante el Shakhtar. Los bielorrusos, que tumbaron a los leones la pasada jornada, perdieron por siete, uno más que en Do Dragao.

El Athletic no estuvo a la altura de su afición. Tello se empeñó en mostrarse como ese extremo profundo y peligroso que parecía en esas inferiores donde lo conoció Lopetegui. Un error grave de los leones, de esos habituales desde que entraron en esta dinámica actual, pudo costar caro a un Athletic que dejó maniobrar con demasiada comodidad en medio campo al Oporto, que tampoco estaba muy lúcido y que apenas buscó la clase de Quintero en los disparos. Lo más destacado fueron dos posibles penaltis que se tragó el árbitro, indigno de la Champions. Indi metió la cadera y el brazo a Aduriz, una falta dentro del área casi tan clara como la que hizo Laporte después a Jackson, que se fue apagando con el paso de los minutos. Entre medias, un San José que ocupaba la posición de pivote, remató desde 25 metros al palo.

Un chispazo previo a que De Marcos evitase el 1-0, cuando Jackson se disponía a fusilar a Gorka tras una acción soberbia de Tello. Sufría el Athletic, que desperdició la mejor ocasión que tuvo en las botas de Guillermo tras una mala salida de Fabiano. No se puede perdonar de ese modo en Champions y más con lo que hay en juego. Herrera, por su parte, no desperdició un error en el balance defensivo en un balón entre líneas. Cuestión de experiencia y pegada.

El segundo acto fue otra cosa gracias a la presencia de Beñat, que pedía la pelota y hasta buscó el disparo. Guillermo se plantó ante Fabiano al estar listo en un desmarque tras un saque de banda pero su disparo lo sacó con el pie el meta de modo milagroso. El Oporto se protegía amparado en el juego duro, especialmente de un Casemiro que debió terminar en la caseta en varias ocasiones.

Pareció por instantes el Athletic que logró la cuarta plaza hace unos meses, cada uno en sitio. Al final, logró el premio con otro goleador diferente a Aduriz. Buen pase de Beñat a Guillermo, que la cruzó con calidad. El Athletic se sintió esperanzado y Rico rozó el segundo. Tello y Muniain pudieron mover ese 1-1, pero sus tiros se fueron junto al poste por muy poco. El Oporto estaba muy tenso, quizá contagiado por su hinchada. Y cuando mejor estaba el equipo vasco el sueño se escurrió entre los guantes de Iraizoz después de un disparo de Quaresma. Los rojiblancos dispusieron de un cabezazo de Laporte que mandó la bola centrada al lugar en el que estaba colocado el meta Fabiano. Le patinó también entre las manos, pero no pasó la línea. Lo normal cuando un equipo está en una dinámica tan negativa como este angustiado Athletic.

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