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Octavos | Ida

Sin mística ni fútbol en San Paolo

El Barça sale vivo de la ida ante el Nápoles en un partido muy pobre, en el que Griezmann logró empatar el gol de Mertens

jESÚS ballesteros

Martes, 25 de febrero 2020, 00:33

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Además de uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos, Leo Messi también es un apasionado de su deporte y un coleccionista de momentos que valora más ahora que va cumpliendo años. Cuando se sorteó la fase de grupos de esta edición de la Liga de Campeones, ya mostró públicamente su alegría por conocer por fin el impresionante ambiente que se vive en el Westfalenstadion del Borussia Dortmund, hoy llamado Signal Iduna Park, con mosaicos en la grada que son obras de arte. Una lesión casi le impide acudir, pero reapareció a tiempo para jugar la segunda parte y contemplar el escenario. El sorteo de los octavos de final le deparó otro regalo: pisar el césped de San Paolo, la casa de Maradona, el ídolo a quien siempre se le comparó desde niño y a quien ya dejó atrás en el ranking de los cracks de la historia. Bueno, esa afirmación todavía se debate en Argentina, por ese Mundial que se le resiste al '10' del Barça, y se niega en Nápoles. Es el único lugar en el planeta en el que esa discusión es una ofensa porque sólo hay un Dios, Maradona, con su religión y altares para mostrarle su devoción. El Barça se enfrenta al Nápoles y Messi, a Maradona.

Ese sentimiento lo resume bien Lorenzo Insigne, una de las amenazas del Nápoles por su calidad en los espacios cortos. «Messi es actualmente el mejor jugador del mundo, pero un napolitano como yo y capitán del equipo no le puede comparar a Maradona porque para nosotros Maradona es sagrado», comentó en la previa el delantero, que forma un ataque imprevisible con el belga Mertens y quizás con el polaco Milik, si Gennaro Gattuso quiere intimidar con un '9', o con el español Callejón, si prefiere un extremo diestro vertical, con lo que Mertens jugaría de 'falso 9'.

El Nápoles, de la mano del exbético Fabián Ruiz, uno de sus líderes en el centro del campo, tocó fondo en la Serie A, con líos internos, motín contra la directiva y una destitución sorprendente de Carlo Ancelotti tras clasificar al equipo para los octavos de final de la Liga de Campeones. Aterrizó Gattuso con el recuerdo del hombre duro que fue en la media del Milan, pero con una trayectoria como entrenador nada brillante, y el tránsito de uno a otro confundió todavía más al equipo, que llegó a estar más cerca de la zona de descenso que de la que da acceso a la Liga de Campeones en la clasificación. Pero finalmente dio con la tecla y el Nápoles atraviesa su mejor momento, peleando por una plaza ya en la zona Liga Europa tras sumar doce de los útimos quince puntos en juego y acariciando el pase a la final de la Copa tras ganar 0-1 al Inter en la ida de la semifinal. Ese día se ganó la titularidad Ospina bajo palos en detrimento de Meret. El refuerzo invernal del alemán Demme también fue importante para equilibrar el centro del campo.

El Barça también llega animado por los últimos resultados propios y ajenos, pues ha recuperado el liderato de la Liga antes del clásico, pero todavía no ha demostrado que haya superado la psicosis de los desplazamientos que sufría con Ernesto Valverde y que ha mantenido con Quique Setién, como quedó claro en las dos salidas más complicadas de esta nueva etapa: 2-0 en Liga en Valencia y 1-0 en Copa en Bilbao. El 2-3 liguero ante el Betis cortó la inercia negativa, pero no las malas sensaciones en las salidas porque ese día pudo pasar de todo.

Setién no podrá contar con cuatro jugadores que de estar recuperados hubiesen sido titulares: los laterales Jordi Alba y Sergi Roberto y los delanteros Luis Suárez y Dembélé. Y Braithwaite, aunque viajó para hacer grupo, no está inscrito en Europa. Al técnico cántabro le quedan catorce fichas del primer equipo (dos de ellas de porteros) más Ansu Fati, ya uno más de la primera plantilla. Viajaron también del Barça B un portero, Iñaki Peña, el lateral zurdo Akieme, el central Araujo, el interior Riqui Puig y el extremo Collado. Semedo y Busquets están apercibidos.

Salió el Barça vivo de San Paolo. El

Nada de nada ofreció el equipo ante un Nápoles previsible y que bien pudo sacar un mayor rédito. Llegue donde llegue en Champions, tendrá que agradecérselo a

El choque del Barça, incluido Messi, no pudo estar más lejos de la mística que se había creado en la previa por aquello de

Nápoles

Ospina, Mario Rui, Maksimovic, Manolas, Di Lorenzo, Demme (Allan, min. 80), Fabian, Zieliñski, Callejón (Politano, min. 74), Mertens (Milik, min. 54) e Insigne.

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Barcelona

Ter Stegen, Semedo, Piqué (Lenglet, min. 92), Umtiti, Junior Firpo, Sergio Busquets, De Jong, Rakitic (Arthur, min. 56), Vidal, Messi y Griezmann (Ansu Fati, min. 87).

  • goles: 1-0. min. 29. Mertens. 1-1. min. 57. Giezmann.

  • árbitro: Felix Brych (alemán). Expulsó a Arturo Vidal (doble amarilla, min. 89) Amonestó a Busquets, Insigne, Messi, Griezmann, Rui.

  • incidencias: Estadio San Paolo.

El guión de los de Gattuso fue evidente desde el inicio. No había prisa alguna y el objetivo era llegar al partido de vuelta sin encajar gol. Parapetado atrás, se defendía con una doble línea en apenas unos metros. Para el conjunto azulgrana era imposible encontrar el hueco que desactivase el

Para colmo de males, el Barcelona se encontraba antes de la media hora de partido con el peor escenario posible. Un desajuste grosero en defensa permitía una

Imposible mayor rédito con tan escaso bagaje. El primero de los disparos del Nápoles entre los tres palos acababa en el fondo de la red. Y al Barcelona le tocaba nuevamente remar contracorriente. Nada nuevo bajo el sol.

Era necesario un cambio en el planteamiento o

La cantidad de pases dados por el Barça era inversamente proporcional al peligro generado. Messi vivía a muchos metros de la zona de peligro y cualquier otro no hacía por asomar la bota para asumir cierto protagonismo.

Quiso meter esa marcha más con la reanudación, y logró a la hora de choque lo que no había conseguido en todo el encuentro. Busquets, errático hasta el momento, halló por fin un hueco al desmarque de Semedo. No se le recordaba ninguna intentona al lateral derecho que, de primeras, encontró a

El empate no trajo la mejoría para los de Setién. De hecho, llegarían los peores minutos para los azulgranas. En apenas unos minutos tras el gol de Griezmann,

El duelo acabaría con un Barcelona sabedor de la cierta ventaja que le ofrecía el empate a uno y con un Nápoles algo más urgido. Buscaba con rapidez el área de Ter Stegen el equipo de Gattuso, conocedor también lo que puede cambiar el guión en tres semanas en el Camp Nou. Que el Barcelona acabara

Por suerte para los de Setién, la sangre no llegó al río y será en el Camp Nou donde se decida cuál de las dos escuadras estará en la siguiente eliminatoria de la Champions.

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