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Intensa agonía del Sevilla para entrar en la Liga de Campeones

A. GÓMEZ

Miércoles, 23 de agosto 2017, 00:10

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Madrid. Aun con enorme sufrimiento, el conjunto del Sevilla selló ayer martes por la noche su presencia en la fase de grupos de la Liga de Campeones por tercer año consecutivo y mañana jueves estará en el sorteo de Mónaco junto a otros tres equipos españoles Real Madrid (vigente campeón), Barcelona y Atlético de Madrid. En el que era «el partido más importante» de la temporada, como lo había calificado la víspera su técnico Eduardo Berizzo, para entrar en la Champions League y asegurarse el club al menos 25 millones de euros, el conjunto del Sevilla, que ya tenía pie y medio en la primera ronda tras el resultado de 1-2 del partido de ida en Estambul, certificó, aunque con agonía, su clasificación en el Sánchez Pizjuán, donde de nuevo resultó clave el juego por las bandas y la capacidad de Jesús Navas y Nolito.

Sin embargo, el conjunto hispalense padeció hasta el último minuto por su falta de puntería, no ser capaz de cerrar la eliminatoria, y terminó por dar gracias infinitas al poste derecho de la portería de Sergio Rico.

  • Sevilla Sergio Rico, Mercado, Pareja, Lenglet, Escudero, N'Zonzi, Pizarro, Banega (Sarabia, min. 91), Jesús Navas (Montoya, min. 85), Ben Yedder y Correa (Nolito, min. 72).

  • Basaksehir Babacan, Caiçara, Attamah, Epureanu, Clichy, Mahmut (Inler, min. 83), Emre, Visca, Mossoró (Napoleoni, min. 72), Elia (Frei, min. 83) y Adebayor.

  • Árbitro William Collum (Escocia). Tarjetas amarillas a Epureanu, Mossoró, Pareja, Correa y Lenglet.

  • Goles 0-1, min. 17: Elia. 1-1, min. 52. Escudero. 2-1, min. 75. Ben Yedder. 2-2, min. 82. Visca.

  • Incidencias Partido de vuelta de la eliminatoria previa de la Liga de Campeones. Sánchez Pizjuán. 34.200 espectadores.

Al igual que en el encuentro de ida, fue Jesús Navas quien ejerció de asistente desde la derecha y Escudero cabeceó para establecer el empate y permitir entonces que el Sevilla se sacudiese gran parte de sus miedos. A falta de un cuarto de hora, Nolito, que acababa de saltar al campo, sacó también a relucir su talento y, aunque se entretuvo hasta que centró a Ben Yedder, el delantero francés culminó la momentánea remontada.

El auténtico pánico llegaría a partir del minuto 82, con el 2-2, porque el Sevilla, frente a un atrevido Basaksehir, se quedó en ese momento a un solo gol de lo que hubiese sido un fiasco.

Para fortuna del conjunto del Sevilla, que estaba ya contra las cuerdas, evitó el fracaso hispalense el palo, en el minuto 89, con un lanzamiento de falta de Emre que se estrelló en la madera cuando Sergio Rico ya no podía despejar el balón. Ahí la suerte sonrió al agotado Sevilla después de pasar por un calvario. La recompensa: un año más entre los mejores equipo del continente.

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