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Alcácer, Umtiti, Suárez y Piqué se retiran del campo tras el insuficiente empate de los blaugrana ayer en el Camp Nou. :: afp
Triste adiós del Barça a Europa

Triste adiós del Barça a Europa

Los culés tiraron de su fútbol más clásico ante un rival sin fisuras que pudo ganar a la contra

JESÚS BALLESTEROS

Jueves, 20 de abril 2017, 00:20

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Barcelona. Punto y final a la película del Barcelona en esta edición de la Champions. Tampoco este año levantará la «orejona» tras claudicar ante la Juventus. No hubo remontada, incapaz el equipo de Luis Enrique de batir siquiera a Buffon. Ni en Italia ni en los 90 minutos del Camp Nou. Se queda el cuadro azulgrana con el único consuelo de jugar la final de la Copa e intentar la complicada tarea de voltear la clasificación liguera para buscar aún el doblete. En Europa, tendrá que mirar cómo son otros los que aspiran a la máxima corona.

Con todo, y dejando a un lado el resultado final, la mayor o menor suerte de los dos equipos o la brutal solvencia defensiva del rival, lo cierto es que el equipo azulgrana que se plantó ante la Juventus fue el más reconocible y parecido al propio Barça en mucho tiempo.

Ni aquel que logró la épica remontada ante el PSG mostró ese sello que durante tantos años ha dado triunfos y títulos. Casualidad o no, salió el equipo de Luis Enrique con el llamado once de gala, el sistema de siempre y la convicción de que la remontada, si se alcanzaba, debía llegar por el camino del fútbol. Pero no es gratuito que la escuadra transalpina haya recibido únicamente dos goles en toda la competición.

La Juventus poco o nada tiene que ver con el PSG y mostró sus credenciales sin dejarse achantar. No quiso sustos el equipo de Allegri que, hasta que le arrebató el balón el Barça por completo, presionaba en la zona alta de su dibujo. Después llegarían las cabalgadas en busca de la portería de Ter Stegen.

Perdido el empuje inicial, se movía de forma comodísima a la contra, sabedor de que su oportunidad terminaría llegando. El Barça lo tenía crudo jugando por el pasillo central con una maraña de rivales rodeando a Messi, que apenas conectó en un par de ocasiones con sus compañeros. Aun así, tuvo una de las más claras antes del descanso, pero tal y como ocurriera en la ida, su disparo desde dentro del área se marcharía pegado al palo, pero por la parte exterior. Está gafado el astro argentino ante Buffon, al que no ha logrado batir nunca.

Se desenvolvían a la perfección los Bonucci, Chiellini y compañía. El entramado era perfecto y en él apenas se vislumbraba resquicio alguno. Para colmo, no había conexión arriba y Messi se desesperaba al mismo ritmo que sus defensores elevaban la intensidad de su marcaje. Neymar insistía por la banda izquierda en un ataque que se hacía previsible con los minutos. Y a todo esto, Luis Suárez ofrecía su versión más torpe en mucho tiempo.

Ambas escuadras se alternarían en la creación de peligro, sobando y madurando la jugada el Barça, a puro contragolpe la Juventus que pudo sentenciar la eliminatoria por la vía rápida en las botas de Higuaín primero, y más tarde, en las de Cuadrado.

La ausencia del gol y la necesidad de hacer tres a un equipo tan rocoso fue mermando el grado de confianza de remontada del Barça, que no acertaba a poner a prueba a Buffon. Llegaba y llegaba, pero las mejores ocasiones se seguían produciendo en la otra portería.

Messi la volvió a tener por abajo, cruzado, pero tampoco fue esa. Como tampoco sería la que puso Sergi Roberto, tan ajustada que se marcharía fuera. Ni en la que casi llega Mascherano y sacaría Buffon de puro nervio. La portería se hacía cada vez más pequeña. Y la Juve se mantenía impasible ante el punto y final de la historia azulgrana en esta Champions.

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