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Griezmann, estático ante la celebración portuguesa.
La amargura del duendecillo francés

La amargura del duendecillo francés

Griezmann vuelve a morir en la orilla, como en la final de la Champions

Ignacio Tylko

Lunes, 11 de julio 2016, 00:19

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Dos horas antes de vivir su primer final con Francia, Antoine Griezmann transmitía tranquilidad, transformada en desesperación al término de la prórroga de una final pésima en la que los anfitriones naufragaron. Se bajaba del autobús con el traje oficial y su sonrisa angelical, siempre con el mate y el termo en una mano. Una costumbre que adoptó en la Real Sociedad con el técnico Martín Lasarte, y que acrecentó ya en el Atlético, con el uruguayo Diego Godín como líder del grupo.

Tras el metódico calentamiento, muy físico y grupal, tal y como ordenan el técnico Didier Deschamps y su exigente equipo de trabajo, inició el partido decidido a coronarse rey de Europa. Ejerció al comienzo una fuerte presión sobre la salida de balón de los portugueses y corrió hasta para tratar de sacar de banda cuando el rival les regalaba el balón.

Avisó muy pronto, a los seis minutos, con un zurdazo con más potencia que dirección. Sólo tres después, se exhibió como gran cabeceador. Pese a ser bajito, tanto que los grandes clubes franceses que buscaban más músculo que clase le ningunearon, posee un poderoso salto y mide bien los tiempos. Con un remate bombeado, obligó a lucirse a Rui Patricio.

Se ha convertido en el líder de esta Francia. Actúa con plena libertad. Es delantero pero baja a recibir para asociarse una y otra vez. Su forma de jugar en ha sacrificado a NGolo Kanté, campeón de la Premier League con el Leicester pero suplente con Deschamps, y resta protagonismo en el juego a Matuidi y Pogba. Pero tras la lesión de Cristiano, Francia decayó y Griezmann desapareció. Paradojas de la vida. En toda la segunda mitad, la única ocasión del duendecillo francés fue otro cabezazo, esta vez desviado, tras un centro de Coman. Acabó de máximo artilllero, pero en la final no respondió a la condición de mejor jugador de la Eurocopa. Como en la final de la Champions de Milán, murió en la orilla. Y perdió el pulso con Cristiano, incluso con CR7 en camilla.

«El fútbol es así de jodido»

Enorme desdicha para el delantero francés Antoine Griezmann, que en poco más de un mes ha perdido la final de la Champions con el Atlético, por penaltis, y el título que acariciaba con Francia en una Eurocopa en la que se proclamó máximo goleador con seis tantos. "Esto es muy jodido, pero así es el fútbol", afirmó el líder de los 'Bleus' tras la derrota ante Portugal en el Stade de France en Saint-Denis.

"Lo hemos dado todo, realmente deseábamos esta victoria, pero no hemos tenido la suerte del campeón", añadió, incrédulo. "Su portero ha hecho buenas paradas, hemos tenido ocasiones que no han sido gol por muy poco... Ellos se lo jugaron todo a una y marcaron a 10 minutos del final. Es complicado, frustrante, pero así es el fútbol", insistía

"No era nuestra noche. Yo tuve algunas ocasiones, pero sin suerte", se lamentó. De todos modos, aseguró que con el torneo realizado, los frenceses "pueden estar orgullosos de su grupo y de su recorrido durante el torneo". "A título personal, es mi segunda final perdida en un mes... Es durísimo, pero intentaré volver más fuerte", agregó, aún con el recuerdo de la final perdida ante el Real Madrid en Milán, donde además él falló un penalti en el inicio de la segunda parte. "Ahora habrá que recuperarse lo más rápido posible y prepararnos para la clasificación de la próxima Copa del Mundo", terminó.

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