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Jugadores del Leganés celebran el gol de Gabriel Pires ante Kiko Casilla.

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Jugadores del Leganés celebran el gol de Gabriel Pires ante Kiko Casilla. Efe
Cuartos | Vuelta

'Pepinazo' en el Bernabéu

Ridículo del Real Madrid y fracaso de Zidane ante un Leganés que hizo historia al alcanzar su primera semifinal de Copa

Ignacio Tylko

Madrid

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Miércoles, 24 de enero 2018

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De verse cuestionado, pese a conquistar ocho títulos de diez posibles, y de afrontar la eliminatoria de cuartos de final de Copa como una situación límite, a tener que tratar de reconducir los debates hacia el partido que toca ante el Leganés para evitar distracciones siempre peligrosas en torneos a vida o muerte. Así ha cambiado la situación para Zinedine Zidane tras dos victorias consecutivas y, sobre todo, los siete tantos endosados al Deportivo que cerraron las críticas sobre la falta de gol del Real Madrid en general y de Cristiano Ronaldo en particular. Como si el 0-1 logrado en Butarque, gracias aun golazo ‘in extremis’ anotado por Marco Asensio, haya convertido en un trámite el pase de los blancos a semifinales. Y eso que el francés ha remarcado que las claves del éxito pasan por «pensar que la eliminatoria no está sentenciada», asumir que el equipo de Asier Garitano «no se rinde nunca» y, como en el primer asalto, centrarse en «mantener la portería a cero y marcar».

Mucho más que el ‘Lega’, objeto de apenas un par de preguntas tópicas al técnico merengue en la previa, se habla en el entorno del Real Madrid de asuntos tan variados y controvertidos como el no fichaje de Kepa Arrizabalaga, que da otro giro al culebrón de los porteros de nuevo hacia David de Gea, el preferido de Florentino Pérez, y el belga Thibout Courtois; la delicada situación de Isco tras el regreso triunfal de Gareth Bale y la vuelta al 4-3-3; la brecha de Cristiano Ronaldo, su trabajo con el grupo pese a tener el contorno de ojos a la virulé, y ese mirarse en el móvil del que ha dado la vuelta al mundo; los pitos mayoritarios en el Bernabéu al francés Karim Benzema y hasta el futuro de Neymar, un viejo sueño del presidente y la gran amenaza de un París Saint-Germain que visita Chamartín en tres semanas.

Para empezar, Zizou está enfadado por atribuirle la responsabilidad de que el portero internacional del Athletic haya renovado hasta 2025 por los ‘leones’, con una prohibitiva cláusula liberatoria de 80 millones. Aunque sea un triunfo personal ante Florentino Pérez y una defensa a ultranza de sus jugadores, al entrenador no le agrada esta situación: «Me molesta cuando escucho algunos comentarios que dicen que al final he ganado yo. Mi preocupación diaria son mis jugadores, lo que hago con ellos. El resto no me ocupa y no quiero hablar de quienes no son del Madrid. No tengo nada contra Kepa ni contra ningún jugador, pero mi rol es proteger a los míos», adujo, sabedor de que un técnico depende siempre de la respuesta de su plantilla.

La unidad B

Tampoco le agradan a Zidane las críticas vertidas sobre Cristiano por salir del campo ante el Deportivo mirándose con el teléfono del doctor la herida que le produjo el suizo Fabian Schär, y que precisó tres puntos de sutura. «No podemos controlar lo que la gente habla o dice. Cogió el móvil para ver lo que tenía, si la brecha era profunda o pequeña, para ver si podía seguir. Lo importante es que está aquí, que ha entrenado con nosotros», zanjó el preparador marsellés, que de todos modos dará descanso al astro portugués en la Copa. No habrá convocatoria hasta el mismo miércoles, pero se espera a la unidad B, aunque Jesús Vallejo y Dani Ceballos están lesionados.

Se perfilan como titulares Isco y Asensio, perjudicados si el Madrid insiste en el 4-3-3 pensando en el PSG. «El dibujo no me importa, sino la actitud. Me estáis hablando de ese partido y queda mucho para la Champions», insistió Zidane al respecto, tras asegurar que tanto el balear como el malagueño, que no jugó ni un minuto ante el clásico y tampoco estuvo en el ‘siete’ al Dépor, han sido, son y serán jugadores «importantes» para él. Por lo demás, se felicitó el estratega galo por la recuperación física y anímica de Bale, lo que se traduce en goles, y confirmó que Ramos ya está listo ante el Leganés pensando en Mestalla, tras superar la lesión en el sóleo de la que el club informó el 5 de enero. También avanzó que jugará Benzema, del que volvió a realizar una cerrada defensa: «No es agradable cuando entras al campo y te pitan. La gente paga una entrada y tiene derecho a comentar, pero pedimos a la afición que esté con nosotros los 90 minutos y cuando acabe el partido que pase lo que tenga que pasar».

Los blanquiazules se presentan sin nada que perder y mucho que ganar. Saben competir como demostraron al rescatar un punto en los instantes finales ante el Alavés. Pasar de ronda supondría alcanzar varios hitos: jugar las semifinales, ganar por primera vez al Real Madrid y superar una eliminatoria copera tras cosechar un resultado negativo en la ida, jugada en casa, por primera vez desde el curso 93-94. Garitano sigue sin poder contar por lesión con los argentinos Alexander Szymanowski, Ezequiel Muñoz y Mauro Dos Santos. Tampoco está a punto el saudí Yahia Al-Shehri.

Venía de ganar dos partidos, de calmar al entorno y de inyectarse dosis de optimismo, sobre todo tras el 7-1 ante el Deportivo, pero el Real Madrid recayó en todos los vicios que le están marcando esta temporada, incluso agravados, y cosechó un fracaso sin paliativos ante el Leganés para caer en los cuartos de final de la Copa del Rey, un torneo maldito para Zinedine Zidane. Los blancos no habían sido capaces de vencer en casa al Fuenlabrada y al Numancia en el torneo del KO y anoche perdieron por primera vez ante un equipo pepinero que hizo historia y sólo se vio apurado en el tramo final, cuando el campeón de Liga y de Europa apeló a la heroica y achuchó a base de balones largos, nunca de buen juego.

El entrenador marsellés ha ganado ocho títulos de once, doce si se cuenta esta Liga teñida de azulgrana, pero se juega la temporada ante el PSG, si es que este desastre no trae consecuencias imprevisibles. Lanzó el técnico un mensaje demasiado relajante al prescindir de los pesos pesados y no convocar ni tan siquiera a Cristiano y a Bale. No acertó tampoco en los cambios y recibió un baño táctico por parte de Asier Garitano. Mal 'Zizou' y pésima actuación de sus jugadores.

Que la primera parte ante el Leganés ya terminase con 0-1 y tres ocasiones de los visitantes por ninguna de los locales, explica claramente el desgobierno del equipo de Zidane. Utilizó el técnico francés de nuevo en Copa a la unidad B, con fichajes de relumbrón como Isco y Benzema, pero no le respondieron los jugadores con una actitud profesional. Si no hay ganas, ni compromiso, ni ambición, ni deseo irrefrenable de ganarse el puesto, el juego no puede ser brillante. Como si el 0-1 en Butarque hubiera finiquitado ya la eliminatoria.

Real Madrid

Casilla, Achraf (Carvajal, min. 68), Nacho, Ramos, Theo, Kovacic, Marcos Llorente (Modric, min. 68), Isco (Borja Mayoral, min. 77), Lucas Vázquez, Benzema y Asensio.

1

-

2

Leganés

Champagne, Tito, Bustinza, Siovas (Mantovani, in. 58), Diego Rico, Brasanac, Gabriel Pires, El Zhar (Naranjo, min. 80), Eraso, Amrabat (Raúl García, min. 70) y Beauvue.

  • Goles 0-1: min. 32, Eraso. 1-1: min. 47, Benzema. 1-2: min. 55, Gabriel Pires.

  • Árbitro Gil Manzano (Extremeño): Mostró amarilla a Tito, Champagne y Ramos.

  • Incidencias Partido de vuelta de cuartos de final de la Copa del Rey, disputado en el Santiago Bernabéu ante 46.409 espectadores.

Sin nada que perder y mucho por ganar, salieron en cambio los pupilos de Asier Garitano dispuestos a la hombrada, y convencidos de poder conseguirla. Desde el principio encontraron muchos espacios en cuanto superaban la tímida línea de presión de un Real Madrid muy roto sin Casemiro. Kovavic y Marcos Llorente no se colocaron bien, ni pidieron el balón lo que debían, ni luego lo distribuyeron con criterio. Sólo Isco, errático, buscaba algo diferente, imprevisibles. El resto, lentos y poco profundos, eran un chollo para una zaga organizada y disciplinada.

Avisó prontó Beauveu en un lanzamiento magnífico de un golpe franco que golpeó en el poste. Muy mal la barrera, ya que el reaparecido Sergio Ramos y Kovacic se abrieron. El mejor juego del Lega encontró premio tras uno de los pocos errores que se le recuerdan a Nacho. No se entendió con Achraf, a día de hoy aún sin el nivel que exige el Real Madrid, y preludió el golazo de Eraso. El ex del Athletic avanzó, no dudó y la clavó por la escuadra desde más de 26 metros. Sólo se atisbó una tímida reacción de los blancos hasta el descanso. Lo mejor, un centro de Isco al que no llegó Benzema, que se tiró en plancha. Pudo ser aún peor para el Madrid, ya que en la última jugada del período inicial un remate acrobático de Beauvue no se fue muy lejos de la portería.

Lógicas tanto la despedida con una sonora pitada como la arenga del capitán Ramos antes de reanudarse el choque. Salió algo más enchufado el Madrid e igualó enseguida tras jugada preciosa. Gran combinación entre Lucas Vázquez y Benzema, y excelente definición del francés, que la picó con poco ángulo sobre la salida de Champagne. Una sensación de alivió invadió a la preocupada afición merengue, al cuerpo técnico y a los jugadores, sobre todo al criticado Karim. Sin embargo, la alegría apenas duró diez minutos. No se arredró el Lega y siguió fiel a su estilo, generando incertidumbre en sus llegadas y forzando saques de esquina. En uno de ellos, Eraso la puso de fábula y Gabriel Pires entró con tanto arrojo como acierto. Superó a Theo Hernández y puso de nuevo un nudo en la garganta de los merengues.

En medio de un ambiente complicado, Zidane señaló a Achraf y a Llorente al retirarlos en beneficio de Carvajal y de Modric. Faltaban remate y gol, pero CR7 y el galés estaban en la grada. Respondió enseguida Garitano e introdujo a Raúl García para tapar al lateral internacional, de Leganés por cierto. La tuvo Eraso en una contra de libro, pero salvó Theo. A la desesperada, recurrió Zidane a Mayoral en lugar de Isco. En el asedio final, con el Lega ya demasiado replegado y con tres centrales, Benzema no acertó a batir a Champagne en un disparo franco, Mayoral cabeceó ligeramente desviado y el portero argentino se lució a remate de Ramos, ya un delantero más. Eran pocos pero la pitada final fue tremenda. Menor en todo caso que la felicidad de los leganenses.

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