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El mal trago del  héroe  de Leicester
FIEBRE EN LAS GAUNAS

El mal trago del héroe de Leicester

El club inglés ratifica a Claudio Ranieri, que pelea por la permanencia nueve meses después de alcanzar la gloría con el título de liga

M. GLERA

Domingo, 19 de febrero 2017, 23:40

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Si alguien duda de la temporalidad de la memoria en el mundo del fútbol es que no conoce el fútbol. Carece de memoria. Lo que acabas de hacer ya no sirve. Se valora lo que haces a tiempo real y como tal serás juzgado. Es la ley del fútbol. Reconoce logros después de tomar decisiones. El penúltimo ejemplo lo personifica Claudio Ranieri.

El italiano alcanzó la gloria el primer domingo de mayo del 2016, cuando el Leicester se proclamaba campeón de la Premier League inglesa. Gesta, heroico, increíble, impensable,... adjetivos todos ellos que premiaban la sorpresa, lo inesperado. Era la rebelión de un modesto. Apenas nueves meses después, Ranieri es cuestionado, el equipo coquetea con el descenso después de perder ayer con el Swansea (0-2) de Fernando Llorente en el King Stadium y ya nadie se acuerda de los días de gloria que vivió esta ciudad ubicada en el centro de Inglaterra la pasada primavera. Es la frágil memoria del fútbol.

«Debemos encontrar una solución ya para frenar esta caída libre a los puestos de descenso», admitía Claudio Ranieri al finalizar el partido de ayer. El técnico no sabe qué hacer para variar el rumbo de un equipo que no se reconoce. Días atrás tomó la decisión de prohibir a sus jugadores comer hamburguesas de pollo después de los encuentros y sustituir la carne por pasta. Ranieri busca una explicación al cambio que ha experimentado su equipo esta temporada, aunque quizá se pregunte qué Leicester es el real, el de la pasada campaña o el de la actual.

La pasada temporada, Ranieri y sus hombres perdieron tres partidos en treinta y ocho jugados; en la actual acumulan catorce derrotas en veinticinco compromisos. Cinco de ellas, de manera consecutiva. Dos realidades opuestas. Hoy es decimoséptimo, con un punto de ventaja sobre el Hull, que ya vive en descenso.

«¿Mi futuro? Esa pregunta es para la directiva. Yo voy a seguir dando el máximo. Que no le quepa duda a nadie que seguiré trabajando por el Leicester hasta el último momento», decía Ranieri ayer. Típica respuesta.

De momento, el pasado martes los propietarios del club mostraron todo su apoyo a Claudio Ranieri. Mal síntoma, porque la ratificación suele ser la antesala de la destitución. «A la luz de las recientes especulaciones, el Leicester quiere dejar claro su apoyo a su principal entrenador Claudio Ranieri. El éxito sin precedentes obtenido en las últimas temporadas se ha basado en la estabilidad, solidaridad y la determinación para sobreponerse a los más grandes desafíos», indicaban desde la propiedad.

Seis días después y con una situación más delicada quizá ese apoyo se traduzca en la dura decisión de cambiar de técnico porque es lo mejor para la entidad. Y de mutuo acuerdo. O no, quién sabe. De héroe a villano en nueve meses que pueden hacer olvidar el primer título de los zorros en 132 años de vida.

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