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Martin celebra su victoria de etapa.
Nibali le deja el amarillo a Gallopin
ciclismo | Novena etapa

Nibali le deja el amarillo a Gallopin

Tony Martin gana su primera etapa en solitario en el Tour a una media de 40,871 kiómetros

Benito Urraburu

Domingo, 13 de julio 2014, 01:17

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Los caminos del Tour de Francia escogieron este domingo la ruta de Alsacia, una tierra rica que formó parte de Alemania históricamente y que mantiene algunas de las raíces de la cultura a la que perteneció durante muchos años. Desde 1945, concretamente, después de muchas disputas, guerras incluidas, es territorio francés. En Mulhouse ganaba un tanque de ciclista, Tony Martin, uno de esos corredores que derrocha fuerza en cada una de sus pedaladas.

Kilómetro cero: «El desgaste silencioso»

  • ¿Qué táctica va a emplear Contador para restarle tiempo a Vincenzo Nibali? Lo único que sabemos seguro es que lo va a intentar y también que le quedan llegadas en alto suficientes, en Alpes y Pirineos, para ir minando la resistencia del italiano, que puede comenzar a vivir la misma película que ya visionó el año pasado en la Vuelta a España.

  • Lo más importante, en cualquier caso, será el estado físico por el que pase Nibali. En la Planche de Belles Filles, primera llegada en alto de este Tour, las diferencias entre los mejores no pueden ser muchas. Con ser importantes los tiempos que se puedan obtener, de pérdida o de ganancia, contará más el apartado sicológico, es de decir, la forma en la que vayan llegando a meta los protagonistas.

  • El único de los primeros de la general que no conoce esa llegada es Contador, no al menos en carrera. La etapa es propicia para que Tinkof continúe realizando esa labor de desgaste silencioso que busca aislar lo más posible a Nibali que ayer se quitó un peso de encima. Lo que nadie duda es que llega una de esas jornadas emocionantes en un Tour que abre el apetito de las ambiciones a muchos corredores, al menos mientras no se las vayan dejando por la carretera con caídas y alegrías.

  • Porque si miramos el palmarés del Tour vemos que el único ganador que está en carrera de los últimos años es Contador, al que le contabilizan el Tour de 2009.

  • Quienes vencieron desde entonces, Andy Schleck, Cadel Evans, Bradley Wiggins o Chris Froome, por distintas cuestiones, no están en la prueba. Es más, Contador es el único nexo de unión entre las distintas épocas que está viviendo el Tour, donde todo gira tan rápido que parece imposible que haya un corredor que consiga enlazar varios triunfos seguidos en los tiempos que corren actualmente.

  • Contador, que ganó tres veces en la carretera, se quedó sin el Tour de 2011, que fue a parar a un Andy Schleck que lleva mucho tiempo sin levantar cabeza. La Planche de Belles Filles no será sólo importante por lo que digan los números de la etapa.

El triple campeón del mundo contrarreloj conseguía su cuarto triunfo de etapa en el Tour, el primero en una jornada en línea, después de atacar en el kilómetro dieciocho junto a De Marchi (Cannondale). Luego se iría en solitario a 59 kilómetros de la llegada. Es como una trituradora que va llenando de segundos el asfalto.

Martin fue capaz de rodar con seis puertos por delante durante 162 kilómetros a una media de 40,9 kilómetros por hora. Unos números que hablan de la fortaleza del ciclista del Omega, en un día en el que Nibali dejó, ¡por fin!, su maillot amarillo sobre las espaldas de otro Tony, este francés, Gallopin, el ganador de la Clásica de San Sebastián el año pasado que saldrá hoy, 14 de julio, día de la fiesta nacional francesa, vestido de amarillo.

Un maillot que para un francés es algo especial, muy especial y más en una fecha tan señalada. Tenía esa idea en la cabeza después de la etapa que realizó en el pavés, que le dejó a 1:45 de Nibali. Astana, que este domingo se lo tomó con más tranquilidad, espera coger aire de cara a los Alpes.

Gallopin, hijo de ciclista profesional, con dos tíos que también fueron profesionales, uno de ellos Alain, director del Trek, que fue su director el año pasado cuando ganó en San Sebastián, decidió irse al Lotto belga por dos razones: una de ellas deportiva, la de su amor a las clásicas, y la otra sentimental, puesto que su novia, Marion Rousse, corre en el equipo Lotto femenino. Ha sido campeona de Francia y es una buena corredora.

Era la chica rubia de rojo que este domingo no se despegaba de él ni en la llegada, ni en el podio. Astana midió muy bien los tiempos porque también permitió que Pierre Rolland y Tiago Machado se incrustasen entre los primeros de la general gracias al tiempo que logró la escapada que perseguía a Tony Martin. Se trataba de implicar a más ciclistas y equipos en los primeros lugares y les salió bien. Rodaron a un ritmo tranquilo, pensando en La Planche de Belles Filles.

Contador, desaparecido

A Contador ni se le vio, ni a su equipo, tampoco. Ni era su etapa, ni tenían la necesidad de hacer más movimientos de los necesarios. Y no los hicieron. El Tour es otra guerra, deportiva, continua, en la que los límites del campo de batalla los ponen los ciclistas y los equipos. Contador volverá a señalarlos este lunes.

Los Vosgos en esta ocasión, la segunda etapa en este terreno, cumplieron el guión que se esperaba. Tal y como funcionan los conceptos en el mundo del ciclismo no era difícil adivinar que era el día idóneo para que se produjese una escapada multitudinaria, con buenos corredores metido en ellas, ciclistas que ya saben lo que es ganar y pertenecientes la mayoría de ellos a formaciones que no se han estrenado en el Tour.

Hablamos de Purito Rodríguez, Lars Boom, Sergio Paulinho, Dumoulin, Rafa Valls, Van Avermaet, Rolland, Dani Navarro o Sylvain Chavanel, entre otros, en una lista que se nos iba hasta la treintena de nombres.

Era el juego que le convenía al equipo de Nibali, que estabilizó la diferencia en torno a los seis minutos, un tiempo cómodo para Astana que no quería dejar que cogiesen un tiempo de escándalo, lo que mantenía abiertas las ambiciones en el grupo perseguidor mientras los puertos iban desfilando sobre las piernas de los ciclistas.

La vida, en algunas ocasiones, ofrece segundas oportunidades. Tony Martin tuvo este domingo una de ellas, muy parecida a la que se le escapó el año pasado en la etapa que finalizó en Cáceres en la Vuelta a España, con 175 kilómetros por delante. Atacó entonces nada más darse la salida. En los primeros veintiséis kilómetros sumaba una ventaja de 7 minutos y 24 segundos. En la primera hora de carrera cubrió 46 kilómetros, una media comparable a las que suele lograr en las contrarrelojs. Su ventaja iría descendiendo hasta dar la sensación de que ganaría con el tiempo justo, con pocos segundos.

Un ataque de Fabián Cancellara en el kilómetro final llevaría al límite su agonía y le dejaría sin el triunfo a diez metros de la meta.

Cancellara, una pesadilla

Cancellara avivó las cenizas de un pelotón que cogería a Martín y le daría la ocasión de vencer al entonces campeón de Dinamarca, Morkov. En Mulhouse, Fabian Cancellara era segundo. El más encarnizado rival que tiene Tony Martin en las cronos mundialistas se limitó a estar. Lo que hizo en Cáceres no le sentó nada bien a Tony Martin, que luego se vengaría ganando su tercer mundial contrarreloj.

Alberto Contador sabe que cuando se presenta una llegada en alto siempre es su momento. A Valverde con tener más fortuna en esa meta que en 2012 le puede servir.

Y este lunes toca La Planche des Belles Filles. Para Bernard Hinault, uno de esos exciclistas que siempre suele dar recetas de lo que tienen que hacer los ciclistas, Contador está obligado a atacar cuanto antes. «No puede esperar a la contrarreloj del último día por varias razones. La primera es que Nibali hace normalmente malas contrarrelojs y la segunda es que ninguno de los dos sabe en qué estado físico llegarán allí», explica el cinco veces ganador del Tour.

Para Hinault, «en La Planche des Belles Filles se eliminarán corredores». «Contador tendrá que atacar. Los dos se van a quedar solos al final, al menos después de lo visto en Gérardmer. Ningún compañero de equipo va a poder estar con ellos. Contador tiene en Rogers y Roche dos buenos compañeros, pero en la parte final sólo estará él. A Nibali le veo peor rodeado, salvo que vaya recuperando a ciclistas que deben de estar a su lado en determinadas etapas de montaña».

El Tour sigue dibujando sus momentos claves, que muchas veces llegan donde menos se espera.

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