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Carlos Coloma levanta victorioso su bicicleta tras cruzar primero la línea de meta. :: díaz uriel
Coloma marca su territorio
LA RIOJA BIKE RACE

Coloma marca su territorio

La cita de bicicleta de montaña arranca con un día más duro de lo previsto, en el que brilla el joven Vlad Dascalu

JOSÉ MARTÍNEZ GLERA

Sábado, 20 de mayo 2017, 00:45

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logroño. Carlos Coloma (Primaflor) vuelve a sonreír en La Rioja. Lo hizo días atrás en el Superprestigio celebrado en Arnedo, pero La Rioja Bike Race es una prueba diferente para él. El albendese cumplió su deseo de ganar la etapa que cercaba su domicilio y además lo hizo con autoridad, con más de dos minutos de ventaja sobre su compañero Jesús del Nero y Vlad Dascalu, entrenero de adopción de 19 años que ayer confirmó el magnífico papel que protagonizó hace un año. Menos historia tuvo la competición femenina, donde Clàudia Galicia sumó su décima victoria parcial en la historia de esta carrera y cimentó su cuarto triunfo global.

Con casi un minuto de retraso partió la primera etapa de la RBR desde el Palacio de los Deportes. Magnífica temperatura para un extenso pelotón que tardó más de tres minutos en decir adiós al arco inaugural. Como estaba previsto, los ciclistas tenían ritmo en las piernas y la cadencia mandó desde los primeros metros. Las lluvias caídas el día anterior asentaron el piso pero también mancharon las bicicletas, algo normal. Treinta y siete minutos después de tomar la salida, Jesús del Nero alcanzaba el castillo de Clavijo con diez metros de ventaja sobre un pelotón en el que se incluían José Antonio Hermida, Carlos Coloma, Milton Ramos o Vlad Dascalu, entre otros corredores. Había alegría en el pedaleo, inconscientes tal vez los bikers de lo que le esperaba una vez tomado el desvío del cementerio con rumbo a Luezas. El sendero de Clavijo se convirtió en un embudo que fue filtrando el paso de ciclistas. Clàudia Galicia daba paso a las féminas, seguida de lejos por Sandra Santanyes, que puso pie en tierra por la aglomeración, y una fantástica Ana Calleja, que pasaba con diecisiete minutos de desventaja respecto a la líder femenina. Daniel Egea, a sus 69 años, era capaz de animar al público congregado. Acabó después de 6h.40'. Enhorabuena.

Del Niro y Hermida se sentían cómodos al frente del pelotón. Ambos rodaban juntos en el paso cronometrado de la Carrasquilla, con Alejandro Gómez y Vlad Dascalu a un segundo. El rodar de Coloma era más prudente rumbo a Luezas y en ese mismo punto transitaba con un minuto de desventaja respecto a la cabeza del pelotón. El riojano advirtió un día antes que la etapa de ayer era un «etapón» y sabía mejor que nadie lo que esperaba metros más adelante. Del Niro reservaba fuerzas pensando en acompañar a Coloma y también fruto del recuerdo del pasado año, cuando comenzó con excesiva fogosidad y acabó pagando ese ímpetu en los kilómetros finales. Aun así, el madrileño, que completó días antes la Titan Desert, pasó primero por el segundo punto de cronometraje, la salida de la cantera de Viguera, en el kilómetro 41.20. El escenario había cambiado. Carlos Coloma rodaba ahora segundo, con una rueda de ventaja sobre Hermida, Gómez y Dascalu. El riojano había aprovechado su conocimiento de Senda Preciosa y el novedoso ascenso al Chorrón para acceder a las primeras plazas. Una vez al frente, quedaba el golpe de gracia.

«He corrido durante una hora con calambres», admitía Coloma al finalizar la etapa. Demasiados kilómetros para su preparación. Demasiado tiempo. El doble del habitual. Pero correr en casa es diferente, único. «Estamos en territorio Coloma», decía Hermida tras cruzar la meta. Y el conocimiento de ese territorio marcó el desenlace.

El pasado año un pinchazo privó al riojano de la victoria en esta etapa. Ayer el que pinchó fue Hermida, que intentó seguir a su amigo por Senda Bonita, cometió un error, como él admitió, y tuvo que reparar el pinchazo, primero, y cambiar rueda después. Demasiado tiempo perdido cuando enfrente tienes un devorador de victorias. Coloma y Del Niro tocaron a rebato en los metros finales. Se unió a ellos Dascalu, que sabía que era la rueda buena a seguir, aunque fuera «del gancho» en los últimos kilómetros. Coloma cruzó la meta, no repitió su famosa imagen de Río, pero disfrutó del triunfo. Era lo que quería y en casa nadie le puede negar un deseo que se ganó durante más de 70 kilómetros.

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