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Froome llega a la meta de Peña Cabarga por delante de Quintana. :: J. L. / efe
Froome, nacido en Peña Cabarga
LA VUELTA 2016

Froome, nacido en Peña Cabarga

En la cima cántabra, donde se estrenó en el 2011, bate a Quintana y relanza su candidatura en vísperas de llegar a Bilbao

J. GÓMEZ PEÑA

Jueves, 1 de septiembre 2016, 00:48

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A Froome las piernas le hablan a través del dolor. Recuerda bien esa sensación. Es del mismo sitio, de Peña Cabarga, pero de hace cinco años, cuando su primera gran victoria. «Era un dolor puro, sublime. Mis pulmones quemaban, mis músculos suplicaban un poco más de oxígeno». Aquella tarde miró atrás y vio a Juanjo Cobo, al que dobló en la curva final. Esta vez, a su rueda estaba Nairo Quintana, vestido como Cobo, de rojo, de líder.

«Me encantan los duelos», repite el británico. Dos rivales al sol con una montaña para separarles. La esencia del ciclismo concentrada en un kilómetro intenso de Peña Cabarga, con la bahía de Santander en la ventana. Primero disparó Nairo, que no se fía de la escasa renta que tiene en la general. Venía de exhibirse en los Lagos y con prisa por acabar cuanto antes con Froome, el único que le discute esta Vuelta. Pero el inglés de Kenia corría en casa, en su cuna: aquí nació como gran corredor en el 2011. «Conocía bien la última curva, sabía dónde acelerar», confesó. Al entrar primero con un cuerpo sobre Quintana lanzó un derechazo al cielo. «¡Yeees!». Peña Cabarga es suya. En la Vuelta aún manda Nairo, con 54 segundos de ventaja. Pero el colombiano está avisado: Froome nació hace cinco años en esta cresta cántabra de la que salió para ganar tres veces el Tour y acaba de renacer ahora. «Este sitio es muy especial para mí», agradeció arriba. Oteando sus dominios.

Metido en una etapa enloquecida y ceñida a la costa anfibia, y hermosa, que va de Asturias a Cantabria. A casi 50 por hora todo el día. A la velocidad que ordenó Contador. «Para ganar la etapa hay que pelearla. Por eso he mandado a mi equipo tirar a por la fuga», señaló. Era una escapada masiva, de 23 corredores, incluido el cántabro Madrazo. Sin Contador, Peña Cabarga hubiera sido de los fugados. El Tinkoff les ahogó y el Movistar, ya en la primera rampa del puerto, les ajustició.

La cuenta atrás

El equipo de Quintana inició la cuenta atrás en la cuesta. Coro de jadeos tapados por el griterío de un público bien educado en ciclismo. Contador no es un dorsal de trinchera. Siempre pelea a campo abierto. Pero no puede con Quintana y Froome. «He intentado ganar la etapa, pero aún no puedo», lamentó. Ese 'aún' define su carácter rebelde. Ni él ni nadie está a la altura de los dos mejores de la Vuelta. Tras el arreón de Valverde, Quintana apareció como un resorte por su izquierda. A un kilómetro de la meta. Peña Cabarga es una cuesta que castiga. Tiene rectas con tramos del 18%. Froome lo recordaba bien. Peña Cabarga está en el inicio de su memoria ciclista. Y, casi sobre el ventilador afilado de las vallas, se fue a por Quintana. «Esperaba su ataque. Estaba preparado», dijo.

Esta cuesta es su jardín privado. Se olvidó del potenciómetro. Tiró de instinto. Se levantó del sillín. Entonces, como en 2011, asomó la cabeza sobre su hombro y vio el mismo maillot rojo. Esta vez era de Quintana, que resistía. Más atrás venían Konig, su gregario en el Sky, y dos ejemplos ciclistas: Valverde y Contador. A apenas 6 segundos. Pero daba la impresión de que era más, de que en la Vuelta ya sólo discuten dos.

«Sí, parece que esto va a ser un duelo entre Quintana y yo», vaticinó Froome. Vio la última curva, el giro que le había dado la victoria en el 2011. El pasillo de su casa. Entró el primero y abrió la puerta de la meta. Conquistó otra vez Peña Cabarga. Ya se acerca a 54 segundos de Quintana, el líder preocupado con el crecimiento diario de su rival. Valverde, la otra baza del Movistar, es tercero a once segundos del inglés. «Froome corre cada día de una manera. En los Lagos se quedó atrás para ir a su ritmo. Aquí ha atacado», comentó enarcando las cejas Quintana, que siente el aliento de su rival en el cogote. «Bueno, nosotros también tenemos nuestras tácticas», avisó. ¿Lanzar algún día a Valverde a riesgo de sacrificarle?

Hoy, camino de Bilbao, tiene el Movistar la primera oportunidad de cambiar el destino de esta Vuelta, que parece escrito para ser un capítulo más en la lista de éxitos de Froome, inglés nacido en Kenia y renacido en Peña Cabarga.

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