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Gianni Meersman logró en Lugo su segunda victoria de etapa en la Vuelta a España. :: efe
Kruijswijk, una temporada marcada

Kruijswijk, una temporada marcada

El holandés, al que se le fue el Giro por otro percance, se une a Warren Barguil al abandonar la prueba

BENITO URRABURU

Jueves, 25 de agosto 2016, 01:02

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Steven Kruijswijk dejó ayer la Vuelta a España debido a una caída en la quinta etapa de la carrera, que se une, entre otras bajas, a la de Warren Barguil. Son dos corredores con los que se contaba para los primeros puestos de la general, para terminar en esos cinco primeros lugares que sin su ausencia serán ocupados por otros inquilinos.

El caso del corredor holandés, de 28 años, del Lotto-Jumbo, es todavía más sangrante puesto que otra caída le dejó sin el maillot rosa del Giro, primero, sin el podio más tarde, y quien sabe, igual sin la victoria final. A la Vuelta pensaba llegar algo mejor de lo que se presentó en la salida de Ourense, pero en cualquier caso, la fractura de clavícula que tuvo ayer junto a las murallas de Lugo le obliga a cerrar un año en el que rozó la gloria con la mano y se quedó sin nada.

En Lugo, Gianni Meersman conseguía su segunda victoria de etapa. Es el más rápido entre los esprinters que están en la carrera, ninguno de ellos de primer nivel, y eso se termina notando, y más si un corredor como su compañero Stybar le prepara la llegada. Es verdad que las formaciones con hombres importantes les terminan por hacer las llegadas puesto que ocupan los primeros lugares del pelotón para evitar caídas. La de ayer, la más numerosa, se produjo dentro del kilómetro final de la etapa y eso hizo que quienes mandan en la general no tuviesen problemas.

Chris Froome lo explicaba en su Twitter: «Me ha pasado muy cerca». Porque una cosas es quedarse cortado, incluso ceder algunos segundos, y otra muy distinta caerse y tener problemas físicos. A Kruijswijk le cogió la que estaba más alejada de la parte final. En la última estuvieron metidos ciclistas como Jeandesboz (Direct Energie) y Kiserlowski (Tinkoff), un corredor que buscaba el hacer una buena carrera para conseguir un contrato digno para la próxima temporada, además de ser un hombre importante para Contador.

Para Kruisjwijk, el nuevo golpetazo que ha sufrido puede afectarle más desde el punto de vista moral que físico. Recordemos que en Italia, cuando le quedaban seis etapas para terminar la carrera salía reforzado de tres jornadas enormemente duras de montaña, entre ellas una cronoescalada de 10,8 kilómetros, en la que solo le ganó un ruso, Foliforov, por 16 centésimas. Era el hombre del momento en el Giro y su vida estaba cerca de cambiar a nivel deportivo, en una carrera en la que el año pasado ya había realizado una gran semana final. Lo terminaría séptimo en la general. Con unas diferencias importantes en la general, el colombiano Chaves acabaría a 2:12, Nibali a 2:51 y Valverde a 3:29. Luego llegaría la parte final del Agnello, su salida de la carretera al iniciarse la bajada de ese puerto, situado a 2.744 metros de altitud, después de un error suyo. Allí se terminaría su romance con el Giro y comenzarían sus desgracias.

Se había golpeado contra la nieve que había a un lado de la carretera y que estaba muy dura. Los cincuenta kilómetros hasta la llegada resultarían eternos para él. Peor le irían las cosas un día después. Acabaría cuarto un Giro que parecía tener ganado. Desde entonces había preparado los Juegos Olímpicos y la Vuelta a España a conciencia, donde otra caída le ha mandado a su casa, con todo por jugarse. Cruel destino el de este pelirrojo neerlandés. Con solo 49 días de competición y ocho mil kilómetros recorridos, la Vuelta ha perdido un corredor, el segundo, incluso el tercero si contamos al colombiano Miguel Ángel López, que podía ser protagonista en las jornadas de montaña, y eso significa que sus equipos van a tener que plantearse la carrera de forma muy diferente a cómo tenían previsto hacerlo.

La etapa, que se corrió a una media de cuarenta kilómetros por hora, fue de nuevo uno de esos días en los que parecen no oírse nada, más que el zumbido del rodar del pelotón, pero que termina por cansar a los ciclistas que para cuando vuelva a ver un puerto serio llevarán mucha fatiga acumulada. La parte final, la llegada, abrió de nuevo el apetito de muchos ciclistas, entre ellos Philippe Gilbert, en un equipo BMC que defendió el primer puesto de Atapuma y que parece tener a Samuel Sánchez como su hombre para la general, al que por cierto se le van cayendo rivales.

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