Ciclismo y clasicismo en La Rioja
Los organizadores de la exitosa L'Eroica italiana quieren traer la prueba a España y la tierra del vino cuenta con opciones
NAFARRATE
Jueves, 4 de diciembre 2014, 09:52
Bicicleta con cambio en el cuadro (si llevaba), calapiés, chichoneras, las cámaras y cubiertas cruzadas en el torso... Camisetas de lana y cuello alto, gorras con la visera en alto... Toca sacar las bicicletas de los trasteros de los abuelos, del altillo del pueblo y hasta de la cuadra si hiciera falta. Si saca un rato, recupere la bici este invierno. Limpieza, lija, pintura, grasa, esos cromados bien brillantes... Ya puestos, no haga una restauración chapucera. Póngale cariño, nunca se sabe qué tesoros pueden aparecer... Los buenos mecánicos que hay en Logroño le orientarán y, de paso, contribuirán a animar una época complicada para el ciclismo.
¿Por qué? El motivo no es otro que la confirmación del interés de los organizadores italianos de la exitosa prueba cicloturista L'Eroica de replicar una prueba en España y La Rioja tiene todos los boletos.
¿Es deporte? Claro, ciclismo y del bueno, pero ¿qué tiene de especial esta cita? Pues que aquí uno se toma el ciclismo en clave turística y festiva. No vale con tener una bici vieja, hay que lucirla y transformarse en un esbelto deportista de los de principios de siglo XX, de aquellos que participaban en las carreras de velocípedos (ni siquiera se usaba el término bicicleta) alrededor del Espolón. ¿De aquellos con bigote? Pues si hace falta, sí. Aquellos a los que las bellas damas de la capital colocaban cintas de colores, bordadas por ellas mismas, en las mangas de los arriesgados locos de la velocidad y así, como sin darse uno cuenta, empezó a gestarse lo que hoy es el ciclismo.
De 92 a 5.000 corredores
El nombre de la prueba lo dice todo. Para empezar, cuando se hacen comparaciones con el viejo ciclismo y el moderno. De aquellos primeros años de las carreras en los que el asfalto escaseaba y de transistor que siempre traen a la memoria el recuerdo de los años heroicos del ciclismo. De piernas talladas a golpe de pedal y gemelos en altorrelieve por las varices y del uso inapropiado de desarrollos impensables. De cuerpos retorcidos sobre la bicicleta trepando por las cuestas y de líderes tomándose un helado en la cima de una montaña. Tampoco hay que ponerse tan exquisito. No hace falta más que tener una bici y un buen disfraz y, llegados a este punto, da igual en qué orden. También fue para héroes el arranque de esta idea en Italia en 1997 en la que tomaron parte 92 corredores y que hoy en día tienen que echar el cierre cuando ya se han alcanzado los 5.000 participantes.
L'Eroica italiana ha alargado su manto a otros países como Gran Bretaña y Japón. En el primer escenario, la prueba ha caído como un misil en pleno 'boom' del ciclismo, y no sólo por ser un país que brilla con luz propia en el primer escalafón profesional (pista y ruta), sino por presencia social y actitud urbana, lo que ha derivado en un éxito. Lo del país del sol naciente ha sido otra historia. Los organizadores quieren ahora visitar España y la primera alianza entre vino y ciclismo está muy cerca de materializarse en La Rioja. Si hiciera falta dar ese último empujón, la Calle Laurel será un buen escenario para que las partes implicadas queden contentas.
Desempolven esas viejas máquinas ávidas de afecto y aceite y apuesten por el ciclismo como una forma de pasarlo bien. Probablemente para el mes de junio ya les haya crecido el bigote o se hayan hecho con el último modelo de falda-pantalón.