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Indignación. Tres imágenes distintas de la grada enfadada con el equipo bielorruso
Tristes, pero orgullosos

Tristes, pero orgullosos

El BM Logroño se despidió de Europa ante más de 2.000 aficionados que no dejaron solo al equipo

V. S. SONIA TERCERO

Domingo, 3 de diciembre 2017, 00:26

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Más de 2.000 personas acudieron al Palacio de los Deportes para sufrir con el BM Ciudad de Logroño, que debía intentar una remontada loca para mantenerse en la Copa EHF. La esperanza contra la demoledora razón, una pelea casi siempre desigual, pero que exige ser disputada.

El ánimo del público logroñés creció durante la primera mitad hasta llegar a su paroxismo en el minuto 28, cuando los riojanos pudieron ponerse cuatro goles por delante. Pero del 17-13 se pasó al 16-15 con el que se llegó al descanso. La temperatura bajó varios grados en el recinto. Tocaba pelearse con lo imposible durante 30 minutos más.

Se pedía el último aliento de la afición, que seguía creyendo, sobre todo tras comprobar que la plantilla franjivino había salido a dejarse el alma sobre el parqué. Y la respuesta fue óptima, aunque la brecha no superara los dos goles. Cada arreón de los logroñeses se veía frenado por el Minsk. Una lucha continua entre el marcador y la emotividad de un público que quería creer pero al que la realidad mandaba una y otra vez señales de pesimismo. Hasta que, en el minuto 18, los de Jota González se pusieron cuatro por delante (26-22). Cuando la heroica se asomó al Palacio, el Misnk se encargó de sacarla a escobazos. Y otra vez a remar a contracorriente.

Lo imposible era imposible, más que le pesase al público, que en el minuto 39 se iba a marchar triste pero orgulloso, cuando comenzó el ya tradicional largo aplauso para agradecer el esfuerzo de los jugadores.

Lo que no se imaginaban es que también se iban a ir enfadados, muy enfadados, cuando en el último minuto los bielorrusos pidieron un tiempo muerto innecesario y uno de los miembros de su cuerpo técnico hizo una peineta a la afición riojana. Inaceptable, inútil e infantil, que llevó el partido a una situación cuasi bélica.

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