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'Jota' admite que «necesitaba» cerrar la etapa de Logroño tras once años

'Jota' admite que «necesitaba» cerrar la etapa de Logroño tras once años

«Mucha gente me dice que doy un paso atrás, que es un error y puede ser así», admite el preparador del Balonmano Logroño, pero reconoce que, tras más de una década en Logroño, «necesitaba y quería» afrontar otros retos

la rioja

Miércoles, 16 de mayo 2018, 13:58

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Javier González «Jota» dejará el Ciudad de Logroño cuando su equipo juegue ante el Benidorm, con lo que pondrá fin, con rumbo a París, a una larga etapa de once años que él «necesitaba» cerrar, según ha explicado en una entrevista con Efe.

«Jota» (Valladolid, 1972) llegó a Logroño en el verano de 2007 y, tras un periodo de «adaptación» difícil, consiguió asentarse en el banquillo del club y que la afición riojana considerase definitivo su criterio en todo momento.

No era entonces un entrenador conocido, salvo por haber trabajado con Juan Carlos Pastor; pero, poco más de una década después, está considerado como uno de los mejores en España y, de hecho, ha sido premiado en dos ocasiones como el mejor técnico de la Liga Asobal.

En su etapa en Valladolid se forjó una relación de amistad, casi de hermandad, con el exjugador y técnico Raúl González, con quien dirigió a equipos de formación y con quien pensó, hace años, volver a coincidir en la elite.

«Es mi mejor amigo», reconoce «Jota», que explica que fue el París Saint Germain (PSG) el que permitió a Raúl González -que entrenará allí la próxima campaña- que escogiera a su ayudante «y él me propuso volver a juntarnos».

«Mucha gente me dice que doy un paso atrás, que es un error y puede ser así», admite el preparador del Balonmano Logroño, pero reconoce que, tras más de una década en Logroño, «necesitaba y quería» afrontar otros retos.

Tenía, asegura, otras opciones como primer entrenador, pero el incorporarse al PSG le va a permitir «vivir una experiencia con menos protagonismo que la de estos años, con menos presión y tensión, voy a poder ver más balonmano, reciclarme y pensar».

También considera que será una experiencia «enriquecedora» estar en un club «en el que todos los jugadores son estrellas y hay que aprender cómo es vivir en esa situación, cómo controlarla y cómo funciona un club así».

Por eso, insiste, «no sé si es un paso atrás, no pienso en eso, lo que pienso es que lo necesitaba» y, entre las opciones que tenía estaba la de seguir en Logroño, pero «creía que era el momento» y «he decidido que me voy yo».

Se ha preocupado, eso sí, en dejar el equipo «en mejores manos que si siguiera yo», las de Miguel Ángel Velasco, «al que conozco desde los quince años», ya que coincidió con él desde su etapa en Valladolid; «y estoy convencido de que es mejor entrenador que yo».

«Tiene un gran futuro por delante y, aunque luego las cosas pueden no cuadrar, él tiene una cosa que yo no puedo aportar, ha sido jugador y tiene esa sensación del contacto en la pista que a mí falta», asegura «Jota», en alusión a quien ha sido su ayudante en las últimas campañas y que le sustituirá la próxima.

Sobre la década larga que ha pasado en Logroño, afirma que «ahora mismo» tiene en su cabeza «muchos momentos buenos, pero también otros duros», aunque considera que, dentro de algún tiempo, «solo quedarán los primeros».

Durante años, «Jota» ha tratado de estructurar a su equipo en torno a jugadores españoles porque siempre ha defendido el balonmano español, en especial, «en la crisis que nos ha afectado tanto».

«Ahora mismo no creo que haya una recuperación del todo, pero este deporte se ha estabilizado, la Liga Asobal ha mejorado mucho y en Europa se va a seguir compitiendo a buen nivel», pronostica; pero es rotundo al considerar que, «a corto plazo», el Barcelona «no tiene rival» para ganar los títulos españoles.

De hecho, para que exista una alternativa al potencial catalán, cree que la receta es la misma que la que deben seguir los clubes españoles para progresar: «acertar con la gente joven».

Porque «lo normal es que en cuanto alguien despunte se vaya de su club» con rumbo a clubes más fuertes de Europa o al mismo Barcelona; y ha citado que, en el último partido junto a él, también se despedirán Rubén Garabaya -que se retira- y el internacional Ángel Fernández, que ha fichado por el Kielde polaco.

Tiene claro que el balonmano español «necesita más y mayores patrocinios», pero «es difícil que suceda».

«El balonmano español se valora mucho más fuera, pero, en nuestro país, todo el deporte es fútbol, fútbol y luego fútbol, y, cómo mucho, alguna estrella individual«, lamenta, para explicar la falta de capacidad de su deporte para atraer más inversiones, algo que ha vivido en primera persona, ya que su club no ha tenido un patrocinador principal privado en la última temporada.

Una campaña que está a punto de cerrar y que marcará un punto y aparte en la carrera de uno de los mejores entrenadores de balonmano de España.

Un punto y aparte en el que no se marca horizontes porque es consciente de que en su profesión «ahora sé que voy a París, pero mañana no sé dónde voy a estar» y, «a lo mejor, en poco tiempo estoy entrenando en Segunda Territorial», algo que «haría sin problema», concluye el entrenador vallisoletano.

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