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balonmano

Pom-Pom-Pom

"Con el bombo de Manolo de baja temporal, la grada se queda un poco huérfana de animación..."

Eloy Madorrán

Martes, 8 de noviembre 2016, 14:09

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Lo puedes ver en cualquier grada de algún polideportivo riojano en el que se dispute un partido de balonmano. Mejor dicho, lo puedes escuchar y es que Manolo y su inseperable bombo no dejan de sonar cada fin de semana y han convertido su grito de guerra en un clásico de las canchas: Pom-Pom-Pom.

Es ese tipo de personas que se hace querer desde el minuto uno. Nada más conocerlo descubres que Manolo es lo que ves, no hay dobleces, es transparente. Acompañado siempre por su fiel escudera Isabel, mucho más que su media naranja, ambos se recorren los campos riojanos animando al equipo de su hijo Diego, al Sporting La Rioja y al Naturhouse. Junto a la Peña Orgullo Franjivino, Manolo jalea con las mismas ganas un gol de Marta, Rakel o Zulema, o una parada de Gurutz, o un golazo de Garabaya o Langaro. Siempre las mismas ganas, siempre Manolo. Pom-Pom-Pom.

El pasado sábado se olvidó de que no es Superman. Manolo saltó desde lo más alto del graderío para socorrer a su hijo Diego y tuvo una mala caída. Fueron momentos de tensión los que vivimos en el polideportivo de Maristas. El desconcierto, el estruendo del golpe, las lágrimas de Isabel Pero ya ha pasado todo. Cuatro costillas 'tocadas' le recuerdan a Manolo su vuelo cada vez que intenta moverse por casa. Créanme, es sólo un 'recuerdo' leve para lo que podía haber pasado. Pom-Pom-Pom

El balonmano riojano está convaleciente. Con el bombo de Manolo de baja temporal, la grada se queda un poco huérfana de animación -más confortable para los castigados oídos- pero huérfana al fin y al cabo. Sirvan estas líneas para mandar un mensaje de ánimo a Manolo, Isabel y Diego. Tenemos muchas ganas de volverlo a ver. El resto de aficionados ya lo sabe, el sábado en el Palacio de Deportes hace falta animar un poco más para suplir el hueco vacío que deja el bombo de Manolo. Hagamos un ensayo: Pom-Pom-Pom.

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