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El 'Jota' de Autol

El 'Jota' de Autol

Raúl Fuertes Subero, con parálisis cerebral, dirige desde su silla de ruedas a las cadetes del BM Autol Sporting

Martín Schmitt

Domingo, 10 de julio 2016, 12:22

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Raúl Fuertes Subero nació hace 28 años con una parálisis cerebral que le postró en una silla de ruedas. Pero ese hándicap no ha impedido que Raúl luchase por sus sueños, por sus metas, «aunque no puedas hacer todo lo que quieres». Colabora con el Ayuntamiento de Autol, acude a trabajar todos los días al Centro Áncora de Calahorra de la Asociación Riojana Pro-Personas con Discapacidad Intelectual (ARPS). Una vez por semana, participa en un taller de radio para que mensualmente salga al aire el programa 'Nuestra voz', en la emisora municipal de Autol. Pero sus inquietudes no acaban allí. Desde hace quince años, cuando era un adolescente «y ni siquiera tenía la silla eléctrica», se introdujo en el mundo del balonmano y desde hace poco más de un lustro entrena, junto a José Manuel 'Rocky' Rouco, a las cadetes del Club Balonmano Autol Sporting, que la temporada pasada jugaron la 'minicopa' en Porriño, coincidiendo con la Copa de la Reina.

La dedicación de Raúl por el balonmano no ha pasado inadvertida para el Consistorio autoleño, que en febrero de este año le entregó una placa honorífica reconociendo su trabajo y dedicación, algo de lo que siente sumo orgullo este joven de 28 años que alaba a Jota González, técnico del Naturhouse; a Manolo Cadenas, exseleccionador nacional y que ha dirigido al Wisla Plock polaco; a Luismi Ascorbe, míster del Sporting, y a Jorge Dueñas, entrenador de la selección femenina. «Me llaman el 'Jota' de Autol», confiesa entre risas. De hecho, al técnico franjivino le considera un amigo. «Cada vez que nos vemos viene a saludarme y charlamos de balonmano», apunta Raúl, que hace un tiempo recibió un cursillo del mandamás del vestuario del CB Ciudad de Logroño.

Raúl disfruta hablando de balonmano. Reconoce el gran papel que Jota González ha cuajado en los últimos años. Le gusta mucho la táctica y confiesa que está intentando que sus dirigidas defiendan en varios sistemas y no solo en el 6-0 tradicional.

Las chicas, por iniciativa propia, han querido seguir entrenando este verano. Se juntan un par de tardes en el polideportivo de Autol para pulir aspectos tácticos mientras Raúl y Rocky les dirigen desde el costado de la pista. La monotonía estival se rompe cuando Raúl grita: «¡Vaaaamos! Ahora, a defender en 3-3». Y las niñas se colocan en ese estilo de defensa, mientras Raúl les aplaude. La táctica la preparan junto a Rocky, que se vuelca mucho en internet para modernizar sus conceptos y preparar un trabajo específico. «El equipo está jugando muy bien. Tenemos que enfrentarnos a juveniles porque prácticamente no hay cadetes femeninos», señala Raúl. «Es un equipo que lucha, trabaja y da todo lo que tiene», añade.

Rocky Rouco no pierde detalle del entrenamiento y se compenetra a la perfección con Raúl. «Cuando no puede venir, las chicas le echan mucho de menos», afirma mientras Raúl echa otro grito a sus pupilas, que están encantadas de trabajar con Raúl. Así lo afirman Emma y Marta, dos de sus jugadoras.

Apasionado del balonmano

Todos, incluidos Raúl y Rocky, están sometidos a un sistema de multas. Si alguien suelta una palabrota, tiene un mal comportamiento o no recoge el material de trabajo, todos ponen un euro. «Eso permite que entre ellas se vayan corrigiendo, y que Raúl se corte un poco porque eso de soltar el dinero no le gusta mucho», explica Rocky.

«Es un apasionado del balonmano. Su vida es el balonmano y quiere ir a ver todos los partidos. Cuando podemos, subimos a ver al Sporting La Rioja y al Naturhouse», agrega.

El trabajo de Raúl, explica su compañero, es un gran apoyo para el grupo y para el propio Rocky. «Me llama a cada rato recordándome cosas. Y el día que no está se le echa en falta. Es un gran respaldo que tienes por detrás», indica.

Rocky confiesa que la temporada pasada será difícil de olvidar, sobre todo por la participación del equipo en la Minicopa de la Copa de la Reina. «Fue una experiencia que no sé si volverá. Fue algo muy bueno de lo que hemos aprendido muchísimo. Jugamos ante equipos muy superiores a nosotros. Porque, no hay que olvidar, somos un equipo de pueblo. Hemos aprendido mucho», añade.

Para esta campaña ambos tienen dos sueños: que ninguna chica se lesione y que se sigan divirtiendo. «La mejor forma de aprender es pasándolo bien, jugando con ilusión, divirtiéndose», apunta Rocky. «Y que Raúl siga aquí», resume.

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