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Sergio Ros
Todo para el Clavijo
Baloncesto

Todo para el Clavijo

El equipo logroñés logra el triunfo y gana el 'basket average' al Barça en un partido brillante, muy sólido en defensa y aprovechando con efectividad las debilidades del rival

Luismi Cámara

Logroño

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Martes, 20 de marzo 2018, 23:09

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Era noche de escapadas y estocadas. Si ganaba el Barça, los azulgranas dejarían heridos al Clavijo, a dos victorias de distancia y con el 'basket average' a su favor. Si el triunfo corría del lado visitante, los logroñeses huirían del farolillo rojo y meterían en un lío a los de Alfred Julbe. Si, además, ganaban por más de ocho puntos (los que logró de renta en la primera vuelta el filial del Barça), lo dejarían por debajo en igualdad de condiciones al final de la fase regular.

Era mucho lo que había en juego, pese a que todavía quedan por delante seis partidos para seguir luchando por la supervivencia. Numerosos ojos se volvían hacia la pista de la Ciudad Deportiva Joan Gamper porque Sammic, Iberostar Palma, Lleia y Huesca también jugaban en la Ciudad Condal.

Y fue el Clavijo el que ganó todas las batallas y mandó el serio mensaje de que ha llegado su momento, que ha encontrado su lugar y que, como explicó Jenaro Díaz, “estar los últimos, no significaba ser el últimos”.

Los logroñeses supieron permanecer juntos atrás, leer y sacar partido de las debilidades del Barça, aprovechar su momento, romper el choque, aguantar las escasas embestidas de un desafortunado contrario y cerrar con un contundente 68-88 la victoria que le saca de la última plaza y pone a los catalanes por detrás. Si el próximo domingo gana en el Palacio de los Deportes al Iberostar Palma, cerrará una semana mágica y habrá pasado de tener la soga al cuello a avistar un futuro con muchas posibilidades de que siga siendo dorado.

Comenzó moviendo bien el balón el conjunto riojano, con ataques elaborados y mucha movilidad para intentar crear problemas y mantener alejadas de las ayudas a las dos poderosas torres locales, Gerun y Diagne. Efectivo en las primeras posesiones, no tuvo sin embargo la continuidad necesaria el resto del cuarto como para abrir hueco en el marcador.

El choque se movió en distancias cortas y Jenaro Díaz parecía querer controlar el duelo para evitar entrar una guerra abierta, que desatara la velocidad y permitiera una aceleración del juego del que se beneficiara el talentoso y joven adversario. Su plan de partido en defensa pasaba por una defensa cerrada que mantuviera bien protegido el aro, asegurara los rebotes y, si acaso, consintiera el tiro desde larga distancia. Pese a la falta de fluidez anotadora, le bastó para llevarse el primer cuarto (15-17).

El acierto llegó tras el minuto de descanso. El parcial de salida de 2-15, con ocho puntos consecutivos de un inspiradísimo Carlos Martínez y con un encendido Phillip a los mandos, disparó al Clavijo (17-32). El Barça, por su parte, no encontraba a nadie que asumiera la responsabilidad de mantener vivo a su equipo, salvo Diagne a base de tiros libres.

Incluso Julbe se desesperaba con las constantes pérdidas y errores en el tiro -sin segundas opciones- de los suyos y recibía una técnica que permitía a Coggins marcar la máxima ventaja para los logroñeses (28-45).

Eran 15 los puntos a favor del Clavijo al descanso. Las cosas no podían ir mejor, con todos los objetivos más que cumplidos hasta el momento y la sensación de que un equipo en crecimiento.

Un crecimiento que no decayó tras el descanso. De hecho, la brecha se abrió hasta la veintena (30-50). Quedaban 19 minutos, mucho tiempo, pero los riojanos mostraban una solidez y seguridad que convencía.

Control y sentencia

Y eso que el Barça apretó en defensa. Pero su actividad atrás -eso sí, con muchos desajustes que los pupilos de Jenaro Díaz supieron leer- no se correspondía con la claridad en el campo contrario como para cambiar de rumbo al partido. Cierto es que lograron revolucionar el ritmo y rebajar la euforia visitante (41-54, minuto 25).

El Clavijo volvió a bajar pulsaciones para contener el empuje local y, con dos triples finales de Coggins, dejó muy de cara el choque antes del cuarto definitivo (47-65).

Tocaba ahora no perder lo ganado, que era mucho. De hecho, era todo lo que se podía esperar. Para ello, había que seguir explotando las inseguridades del filial azulgrana, que se hicieron más que evidentes en su desbaratada y blanda defensa, que aprovechó con insistencia un Cabot que también brilló en campo propio.

La victoria, tercera en los últimos cuatro partidos, se cerró con el valor añadido de la ganada diferencia de puntos y, además, dando la sensación de equipo hecho que, con este nivel de juego, debería poder alargar el momento dulce que atraviesa y acabar la temporada de la mejor manera posible, con la salvación en el bolsillo sin pasar apuros finales.

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