El Gernika arrasa al Promete

Su gran acierto, tanto en la pintura como en el tiro exterior, destrozaron a un conjunto riojano que aguantó solo un cuarto, pero se mostró débil en defensa pues recibió más puntos que en cualquier otro partido esta temporada. El primer triunfo a domicilio deberá esperar. Una jornada más se sigue en puestos de descenso y quedan solo siete finales. La próxima semana recibirá en su feudo a uno de los gallitos de la categoría, el Conquero.

La primera canasta del encuentro la anotó la serbia Knezevic, que puso la única ventaja visitante del partido. El electrónico vivió equilibrio durante los próximos minutos gracias a los rebotes ofensivos de Mokango, pero la segunda falta de la congoleña disminuyó las posibilidades del conjunto riojano.

Mosby y Miller, las mejores jugadoras de las locales durante toda la temporada, comenzaban su recital de aciertos en la pintura, mientras que, en las filas riojanas, la esperada Devereux Peters, que apenas había podido entrenar dos días junto a sus compañeras, empezó a hacer de las suyas en ataque. Pero la defensa de las riojanas empezaba a flaquear mientras el Gernika comenzó a desplegar unas rápidas transiciones que hicieron que el marcador se disparase hasta el 24-13 unos minutos antes del final del primer cuarto.

En ese momento, las riojanas, lideradas por Knezevic, y con una bandeja de Peters sobre la bocina en el final del primer cuarto, lograron un parcial de 0-7 para seguir en la pelea. Resultó un espejismo porque de nuevo las vascas apretaron atrás y con ataques fáciles abrieron brecha (40-24).

Combinaciones sin éxito

Andreu Bou combinaba distintas defensas e incluso Mokango volvía al parqué. Pero rápidamente se cargó con su tercera falta, lo que hizo mella en las riojanas. Todo con tal de alterar la mala dinámica de un Campus Promete con muchos problemas en la circulación de balón. Solamente el dúo Peters-Knecevic lograban anotar hasta el 46-34 al descanso.

En el arranque de la reanudación, las visitantes intercambiaban canastas con su rival para así poder bajar la barrera psicológica de los diez puntos de diferencia. A cuatro minutos para el final del tercer cuarto, Esteban anotaba por fin el primer triple del equipo logroñés pero resultaba insuficiente ante la mayor variedad de recursos de un Gernika que ahora explotaba la calidad de su alero Pop y un acierto casi estratosférico de sus jugadores desde la línea de tres.

Bastante hacían las de Andreu Bou en no bajar los brazos ante ese auténtico vendaval que no daba tregua y que acabó haciendo claudicar al Campus Promete en el último y fatídico cuarto.