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Nwogbo intenta encestar ante los defensores burgaleses.
Un comienzo avasallador del Burgos desmonta al Clavijo
Baloncesto | LEB ORO

Un comienzo avasallador del Burgos desmonta al Clavijo

El Cocinas.com perdió el choque en un primer cuarto para olvidar

Víctor Soto

Lunes, 14 de abril 2014, 10:48

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La realidad golpeó duro al Cocinas.com en su primer encuentro de 'play off'. Cuando está todo en juego, las diferencias se notan. No hay lugar para las dudas, ni para las reservas. Salir a destrozar es la ley de la selva. Y ayer, el león fue el Burgos; y la gacela, el Clavijo, que no pudo salir al mismo nivel que los castellanos y que acabaron perdiendo casi todas sus esperanzas en ese primer cuarto. Lo positivo fue que el equipo reaccionó y que llegó a estar dentro del partido en el tercer cuarto, pero le faltó la chispa para rematar. Y al Ford Burgos le sobró intensidad asesina para volver a controlar el choque y colocar la diferencia final por encima de 20 puntos.

Pero el meollo del asunto estaba en su inicio, en su nacimiento. La salida del Ford Burgos fue realmente brutal. Como una máquina precisa de matar, los locales no desaprovecharon ni uno solo de sus ocho primeros ataques. Desde dentro con Olmos, desde fuera con Sabat, con el eterno Ortega al mando... En apenas dos minutos la sangría era notable. 11-4. El Clavijo trataba de recomponerse y se colocaba a tres con un par de triples de Martí y Tomás (13-10). Pero ahí se apagaron las luces ofensivas y la defensa comenzó a presentar fisuras. Con sólo tesón, sin nada de acierto, los burgaleses se lanzaron a muerte a por el partido. Del 13-10, en los seis minutos que quedaban de cuarto, se pasó al 32-15. ¿Cómo? Con inteligencia, aprovechando las ventajas y los regalos de un conjunto de Sala desarbolado.

El mando pasaba de uno a otro. Ni Úriz ni Hall ni Congiusta eran capaces de crear juego, de asistir y abrir la defensa castellana. Sólo Galarreta cerró el cuarto con un triple (32-15).

El Oviedo fue el único equipo que ganó como visitante

  • El Oviedo fue el único equipo que logró vencer a domicilio en el primer partido de la serie al ganar al Leyma Basquet Coruña por 64-70.

  • Marcadores más cerrados se dieron en los otros dos partidos de la ronda como el que protagonizaron palentinos y malagueños del Clínicas Rincón con una apurada victoria por un punto de los locales. Cinco puntos separaron al Breogán y Peñas Huesca. Nada decidido todavía.

No pintaban las cosas demasiado bien cuando Mejeris respondía la 'provocación' con otro triple. Con la suma de una canasta interior de Coppenrath la diferencia subió hasta los 22 puntos. Las alarmas habían reventado ya de tanto sonar... Y el Clavijo despertó. Ocho puntos consecutivos de Dobos desde dentro abrieron el camino de la esperanza. Los de Jesús Sala robaban e impedían que la masacre continuara. Además, la ausencia de Peña, durante esos minutos, dañado en la última jugada del primer cuarto, se notaba. Dos triples consecutivos de Joan Tomás y Ott acercaron a los riojanos a nueve puntos (40-31).

Todos al banquillo y a reflexionar. El Burgos no quería dejar nada fuera de control y encontró en Aguilar y Ortega a sus hombres para marcar de nuevo diferencias (48-34, al descanso).

El Clavijo ya había dejado atrás sus primeros horrorosos minutos, pero con todo lo remado, la distancia a la orilla de la victoria resultaba todavía extenuante. Faltaba Coego y se notó que Gospic y Nwogbo no estuvieron inspirados en esa primera mitad. El juego interior resultaba clave. Los de Sala debían despertar del todo.

Y estuvieron a punto de hacerlo. Volvieron del descanso más concentrados y forzaron zonas que obligaron al Burgos a replantearse. Nwogbo mostró sus mejores minutos entonces y Galarreta ayudó con un triple. Desde dentro también anotó Dobos y el choque, en su momento más emocionante, mostró un marcador de 51-46. El Burgos no sabía cómo reaccionar a esos minutos acertados, cuando el balón circuló mejor entre los riojanos y la defensa supo anular a los burgaleses, que fallaban complicados y otros más sencillos.

Pero el Burgos, además de un banquillo enorme, tiene un jugador que sobresale por encima de todos: Pep Ortega. El pívot, el capitán, tiró de galones y tomó toda la responsabilidad. Había una guerra abierta y el cogió la ametralladora. Desde el exterior y luego desde la bombilla, puso en evidencia la ausencia de Dobos esos minutos. Ni Nwogbo ni Martí ni Gospic, desorientado ayer, podían con su poderío.

Un parcial de 15-3 volvió a aliviar la situación de los burgaleses. Coppenrath, soberbio en el último cuarto, empezaba a brillar y Mejeris castigaba a su exequipo con un triple. Demasiada presión en la caldera del Clavijo y pocas soluciones posibles. La machada ya se había intentado y los burgaleses no sólo habían sobrevivido, sino que habían salido más reforzados. Al final del tercer cuarto, tras varios ataques poco acertados de los logroñeses, el marcador reflejaba un contundente 70-50. Otra vez veinte puntos por encima.

Con la tranquilidad en el horizonte, el Ford Burgos no perdió el nivel. Volvió a volcar su juego al interior, donde había huecos, mientras el Clavijo no podía meter mano a su defensa. Hasta tres posesiones se malograron al sobrepasar los 24 segundos de posesión sin opción de tiro, una buena muestra de la intensidad exhibida por los locales.

Coppenrath y Jeff Xavier tomaron el relevo de Ortega en esos últimos minutos y mantuvieron el nivel ofensivo. Hall apareció con un par de triples, pero ya era demasiado tarde. El error estaba cometido muchos minutos antes, en ese comienzo desangelado e irreversible.

Ahora quedan ocho días para pensar en cómo responder a un equipo tan potente y versátil. La presión del Palacio de los Deportes puede ser un buen arma. La decisión está en manos del público.

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