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BRONCANO Y MI HOA LEE

MIKEL LABASTIDA

Viernes, 6 de abril 2018, 00:08

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Ya hace unos días que alabé y mucho la apuesta por #0, el canal de Movistar, por rescatar los 'late-nights', esos espacios gamberros y con contenido propio (y no refritos) para aquellos a los que nos gusta ver la tele de madrugada. Además de por Buenafuente, que es un clásico, la emisora se ha decantado por un segundo late-night que tiene a David Broncano como conductor. Se llama 'La resistencia' y no presenta ninguna novedad llamativa entre sus ingredientes, más allá de humor y transgresión, que por otra parte es lo que se le pide a esta receta. Si alguien tenía dudas de esta recomendación le pido que revise la entrevista que la otra noche le hizo el humorista a la actriz Mi hoa Lee. Fue de lo más surrealista que he visto en años en la tele. Y eso, corriendo los tiempos que corren donde todo está tan encorsetado y prefabricado, es para aplaudir.

Llegaba ella para promocionar 'Félix', el nuevo título de Movistar que dirige Cesc Gay y que se centra en la búsqueda de un personaje protagonizado por ella. De la serie se habló poco porque Broncano tiene una manera de entrevistar que se pierde en lo periférico. Y qué bien. El entrevistado, eso sí, debe prestarse al juego para que este salga bien. Y en esta ocasión la intérprete superó el reto con creces. Creo que hasta el propio presentador, acostumbrado a poner en apuros a sus invitados, se asombró del desparpajo de Mi hoa y de las sorpresas que traía consigo, empezando por la sinceridad en sus respuestas (confesando por ejemplo el dinero que debe a amigos) y continuando por una chuleta que se sacó de la manga (nunca mejor dicho) en un momento dado de la charla y que no tuvo problema en compartir con el humorista. Él mismo no daba crédito a las anotaciones, bastante absurdas, que la actriz se había hecho. Y, por supuesto, no dudó en contárselas al público y aprovecharlas para la entrevista que desde ese momento adquirió tintes soberbios. Ella, lejos de escandalizarse, puso de su parte y se entregaron a la causa, la de entretener al espectador que a esas horas pelea contra el sueño en casa. No sé si el papelito de marras era real o no, pero cuánto dio de sí. Épico.

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