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TV

LA MONJA Y 'EL NIÑO'

YOLANDA VEIGA

Sábado, 10 de junio 2017, 19:25

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Nos hemos creído a Paz Vega en el papel de monja. Al menos se lo han creído uno de cada cinco espectadores que, a efectos televisivos, son una minoría enorme. El segundo capítulo de 'Perdóname Señor' superó con holgura el miércoles los tres millones de seguidores y el 20% del 'share', el umbral que separa la gloria de la pelea por la permanencia.

La serie de Telecinco es muy parecida a otra que también emitió Telecinco: 'El Príncipe'. Coinciden trama, escenario y protagonistas, pero ésta es peor. Por eso no tiene cinco millones como la ficción protagonizada por José Coronado. Tiene tres (millones) y parecen demasiados. El punto de partida es resultón, con la monja que regresa veinte años después y se encuentra al 'Niño' (literalmente) ganándose la vida con el tráfico de droga. Pero a partir de ahí todo es una sucesión de tópicos: el cura malo, el narcotraficante que se enamora de la hija del policía...

Habrá que ver cómo evoluciona la trama, pero los espectadores no deberían esperar mucha sorpresa. Probablemente en el siguiente capítulo o en el cuarto a más tardar, Lucía (la monja) se bese con su antiguo amor, el mayor narcotraficante de la zona. Lo que le colocará en el incómodo terreno de la duda, que es donde parece que lleva habitando los últimos veinte años. También habrá que ver cuándo le cuenta a Rafa quiénes son sus verdaderos padres, con el consiguiente terremoto emocional que le va a acarrear a un chaval que en ese terreno (el emocional) anda un poco justito. También veremos a Lucía enfrentada con su antigua amiga y actual esposa de su ex, a la hija del policía de morros con su padre, a la compañera de éste recelosa porque ha llamado a una antigua colega para trabajar en la comisaría...

Eso es lo que uno se espera vistos los dos primeros capítulos y es, casi con seguridad, lo que tienen escrito los guionistas. Confiamos, en todo caso, en que se hayan guardado un par de giros argumentales. Lo previsible no es necesariamente malo en una serie de televisión (a casi todos nos gustan más los finales felices), pero no es, desde luego, su principal virtud. 'Perdóname Señor' ha logrado demasiado pronto el éxito. Antes de merecérselo.

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