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Enrique Corral, ayer, en Logroño. :: justo rodríguez
Veinte años después de la paz

Veinte años después de la paz

El riojano Enrique Corral, exmisionero jesuita, hace balance del fin de la guerra en Guatemala con un libro y una película

DIEGO MARÍN A.

Viernes, 28 de abril 2017, 23:51

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Enrique Corral vive desde hace 50 de sus 72 años en Guatemala, país en el que recaló como estudiante jesuita, directamente desde su pueblo natal, Matute. Estos días ha regresado a La Rioja, ya como exmisionero e, incluso, excombatiente, para presentar dos trabajos que expuso ayer en el centro cívico Madre de Dios de Logroño. Habló sobre 'Guatemala: lecciones aprendidas' y dio a conocer su libro 'Excombatientes: ¿dónde están? Realidades y contradicciones de la incorporación de la Guerrilla Guatemalteca a la legalidad' y un documental 'Veinte años después' realizado por la Fundación Guillermo Toreillo (FGT), de la que es fundador y director.

Hace diez años Enrique Corral ya publicó 'Memoria de los caídos en la lucha revolucionaria de Guatemala (1971-1999)' con la ayuda de Piedra de Rayo, la UPL y Sodepaz. La FGT se dedica a «la reinserción de los guerrilleros en la vida legal y en la sociedad civil del país» y a intentar completar el proceso de paz rescatando la memoria de lo ocurrido tras el conflicto armado guatemalteco. Hace más de veinte años que se firmaron los 'Acuerdos de Paz' que acabaron con una guerra que duró 36 años (1960-1996) en Guatemala, pero para Corral no es suficiente.

«En Guatemala se hizo la paz militar, se silenciaron las armas, pero no se construyó la paz, las raíces del conflicto siguen», opina Corral, quien señala que el problema es que «los poderes fácticos han incumplido los principios sociales, hay conflicto en el campo por el acaparamiento de tierras para el monocultivo y hay discriminación, la población indígena está marginada».

Para este riojano, la verdadera paz pasa porque el Estado cumpla sus compromisos en 'temas sustantivos', como el agrario, el desarrollo de la población indígena, la reforma política. «El pueblo pelea, lucha por el buen vivir, que es algo muy indígena, muy maya», considera Corral. De hecho, su libro hace «balance y memoria de lo que pasó con la población que se alzó y se refugió en la montaña, qué fue de ellos y qué hacen», mientras que la película proyectada ayer «recoge testimonios sobre cómo les ha ido, en comparación con otros países como Colombia y El Salvador».

En Guatemala ya presentaron estas obras en la Casa de España, con apoyo de la embajada, y también en poblados indígenas, por lo que Corral afirma que «es una enorme alegría ver que están vivos, que hay hermandad, y también es positivo comprobar que hay claroscuros».

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