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TV

AÍDA WATERS

ROSA BELMONTE

Sábado, 25 de marzo 2017, 01:10

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El espectador tiene en sus manos el poder del mando. En programas como 'Gran Hermano' también tiene el poder del voto (seamos buenos y no pensemos en pucherazos). El jueves, el público de 'GHVIP' volvió a echar a Aída Nízar. Hay quien cree que debía haber sido el programa quien expulsara a la concursante. Todo porque se hizo caca en el suelo. Pero si ha sido lo mejor que ha pasado en la televisión en mucho tiempo. Y no porque sirva de boba metáfora.

Voy a contar la escatológica historia. Aylén y Elettra había decidido gastar una broma a Daniela y Aída. Cogieron colacao y lo esparcieron en el retrete (el baño es el único sitio sin cámaras). Una broma de párvulos. Daniela y Aída estaban en la puerta esperando para entrar y se imaginaron la jugada. Aída devolvió el golpe. Cuando todo el mundo empezó a hablar del regalito en el suelo del baño, preguntó: ¿Pero hay caca de verdad y caca de broma o caca de verdad y de broma? Filosofía pura. Ni que decir que Aída, tras disfrutar la venganza, limpió lo que había hecho. Es fascinante cuando dice que su educación no le permite ver hacer el amor a otras personas. O cuando cuenta que había prometido a su madre llevar siempre ropa interior (rompió la promesa). Y ahora sale con lo inesperado.

Toño Sanchís y Alejandro Abad la recibieron arrodillados en el plató. Es lo mínimo. Aída nos ha hecho acordarnos de algunas escenas cinematográficas. De 'Toby' utilizando el casco del guardia como orinal. De Omar Sharif en 'Top Secret' dando al vendedor ciego de 'artículos de coña' un zurullo de broma que se le había caído. «¿Zurullo? Yo no trabajo ese artículo». Y de la escena final de 'Pink Flamingos', cuando Divine se come la caca del perro (por la noche llamó a un hospital para preguntar qué le podía pasar a su hijo, que había ingerido excrementos caninos. Le dijeron que como mucho tendría lombrices). Muchos años después, a John Waters le preguntaron por qué había rodado semejante asquerosidad. «Sólo era un poco de caca e hizo de Divine una estrella». Nunca pensé que Aída podía llegar a la altura de John Waters. Y sin imágenes.

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