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«No me gusta nada empezar una serie y darme cuenta de quién es el bueno y quién es el malo», confiesa Blanca Portillo. :: r. c.
«Hay una gran diferencia entre ley y justicia»

«Hay una gran diferencia entre ley y justicia»

MIGUEL ÁNGEL ALFONSO

Domingo, 19 de febrero 2017, 23:40

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Para algunos matrimonios que llevan más de veinte años casados, la amnesia puede ser un acicate que sirva para reactivar una relación hundida en la rutina. Sin embargo, para la jueza Alicia Castro la supuesta pérdida de memoria de su marido es el principio del infierno. Ella tiene el rostro de Blanca Portillo (Madrid, 1963), la actriz que le da vida en 'Sé quién eres' (Telecinco, esta noche, 22.30 horas). La semana pasada finalizaron el rodaje de la serie y el reparto pudo conocer por fin el desenlace, ya que Pau Freixas, el director, les mantuvo en ascuas durante toda la grabación.

- Ha sido abogada y ahora vuelve a ser jueza.

- Parece que el mundo de la ley me persigue siempre (risas), pero me mola porque es una de mis obsesiones. Creo que hay una gran diferencia entre ley y justicia, y hago personajes que representan la justicia porque hacen su lectura particular de la ley. Las cosas van apareciendo en tu vida por algo y me gusta que los productores me asocien con personajes que son legalmente malos, pero justos.

- A este paso le convalidan la carrera de Derecho.

- (Risas) Me voy a tener que presentar ya... Seguro que con lo que sé me convalidan un par de cursos.

- ¿Una jueza debe ser estirada?

- No necesariamente. De hecho, en esta serie aparecen otros jueces distintos, lo que pasa es que el carácter de Alicia es ese, tiene una inteligencia y una capacidad de analítica impresionantes. De las cosas que más me gustan de mi personaje es cuando solamente está observando, porque es capaz de atravesar a las personas.

- Hay un conflicto de intereses importante, a su marido lo juzgan sus compañeros.

- Siempre que pienso que Alicia tiene cosas chungas me planteo ponerme a mí misma en su lugar. Ten en cuenta que son una pareja que lleva casada veintitantos años y que un día el marido no la reconoce, tiene amnesia.

- ¡Eso puede ser un chollo!

- Bueno, pero para ellos es un marrón. Para mí lo que hace Alicia no es extraño, aunque no sé cómo reaccionaría yo.

- Lo que está claro es que la tele está cambiando.

- Es una tendencia que empezó fuera de este país; introducir guiones que a lo mejor en el cine no hubieran aguantado igual, la posibilidad de desarrollar personajes durante más tiempo, recurrir a actores de un nivel altísimo y jugar con profesionales educados en otros medios... La televisión empieza a tener un valor diferente, es un cambio mental. Aquí podemos contar historias tan potentes como en el cine o el teatro, y el espectador se está volviendo más exigente. 'Sé quién eres' es un paso más.

- ¿Le atrajo el guion?

- Normalmente no me suelen atraer demasiado, no más que el hecho de que haya un buen reparto y un gran director. Pero este me enganchó a la primera, no tuve que confiar en que luego fueran a mejorar el texto con ángulos de cámara.

- ¿Firmar sin conocer la totalidad de la trama es un salto de fe?

- Igual si no hubiera estado Pau (Freixas) al frente del proyecto no me hubiera atrevido a darlo.

- ¿Cómo conviven con esta situación?

- Es divertidísimo. Cuando grabas una secuencia y no sabes lo que va a pasar en el siguiente capítulo te pones al límite, y eso se nota. Ningún personaje sabía lo que iba a pasar, y los actores tampoco. Antes de grabar el último capítulo en mi cabeza tuve hasta cuatro posibles finales para la serie.

- ¿Se decanta más por el bien o por el mal?

- Creo que todos vamos de buenos por la vida y es una gran mentira. No me gusta nada empezar una serie y darme cuenta de quién es el bueno o el malo, me deja de interesar. Lo que tú consideres bueno a mí me puede parecer un horror, y viceversa.

- En 'Sé quién eres' se trata también el papel de la prensa en ciertos sucesos.

- Hay momentos en los que mi personaje decide qué cosas revela y cuáles no a los medios. Depende de cómo cuentes una historia y de quién la reciba, el espectador se va a forjar una opinión. Y eso es una responsabilidad tremenda.

- ¿Le ha costado quitarse la etiqueta de algún personaje?

- Claro, pero eso es bonito, que te hablen por la calle como si fueras alguno de los personajes que has interpretado antes. Todavía me llaman Carlota por '7 Vidas'. Eso significa que la serie que convirtió en un icono.

- ¿Cuándo le dejaron de llamar Carlota?

- Pasó mucho tiempo, pero ayudó a que después de terminar en la serie me fuera de España a trabajar en otras cosas. La tele es un producto que se consume a una velocidad insospechada, devoramos personajes y luego se nos olvidan.

- ¿Con quién le gustaría reencontrarse?

- Con Gonzalo de Castro (su compañero en '7 vidas'), estábamos loquísimos cuando trabajamos juntos. Sería muy bonito ver cómo han cambiado los personajes de aquella serie y volver a grabar algún capítulo.

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