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Tony Soprano, rodeado de sus hombres de confianza. :: r. c.
El antihéroe que cambió la tele

El antihéroe que cambió la tele

La ficción sobre la mafia de Nueva Jerseyentusiasmó al público y a la crítica, pese a estar protagonizada por un delincuente violento, y demostró que las series se podían atrever con nuevas temáticas

MIKEL LABASTIDA

Domingo, 27 de noviembre 2016, 00:15

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A James Gandolfini el personaje de Tony Soprano se le metió hasta las entrañas. Y ya nunca lo pudo expulsar. Aprendió a convivir con él como pudo, porque no fue fácil. Un papel así le exigía un esfuerzo extenuante. Debía interpretar a un hombre violento, tirano, egoísta, cargado de fantasmas interiores y de contradicciones. Ese personaje debía ser el motor de una serie y no causar animadversión en el espectador. El actor no sólo lo consiguió, sino que sacó nota, sobresaliente. Cambió la historia de la televisión y construyó una figura del antihéroe que después ha sido mil veces imitada. Y aún logró el más difícil todavía, atraer al público, que se identificase con él, que se apiadase de sus miedos, que disculpase su conducta... Nunca un ser tan abyecto había despertado semejantes sentimientos (encontrados) entre su audiencia. Quizá ahí radica uno de los grandes éxitos de 'Los Soprano'. Y por ello casi diez años después de su cierre sigue siendo recordada y venerada.

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Gandolfini pagó un alto precio por este éxito. Reaccionaba mal cuando era reconocido por la calle, desaparecía sin explicación del plató en días de rodaje, incluso distintos cronistas apuntaron que abusaba de algunas sustancias. En los documentos de su divorcio en 2002 la esposa del intérprete le acusó de tener problemas con las drogas y el alcohol y de actuar en ocasiones de forma violenta. Contaba que solía golpearse con rabia la cabeza cuando no recordaba líneas del guión o si alguna secuencia no salía como esperaba. Todo por culpa de Tony.

«Su carisma, su mal genio, su capacidad para la violencia, su vulnerabilidad, todo aquello bullía y burbujeaba bajo la superficie cuando Gandolfini leía el guión», cuenta Brett Martin en el libro 'Hombres fuera de serie', en el que desvela que sonaron al principio otros nombres para interpretar el papel, como el músico Steven Van Zandt (que luego fue Silvio) o Michael Rispoli (que fue Jackie Aprile).

Gandolfini se convirtió en Tony Soprano. Y los espectadores lo conocieron sentado en la consulta de la doctora Melfi, una psiquiatra a la que acude para tratar sus ataques de ansiedad. Esto choca teniendo en cuenta que aquel personaje dominaba la mafia de Nueva Jersey. Aquella fue una de las claves de la grandeza de 'Los Soprano', que su retrato de un capo italoamericano iba más allá de sus actividades 'laborales'. Trató de reflejar el vínculo con su familia, sus miserias, los problemas emocionales...

El origen

David Chase, su creador, en realidad quería rodar una película que narrase la adversa relación de un mafioso con su manipuladora madre. Y homenajear al cine de Coppola y Scorsese. Pero aquel proyecto no cuajó y se convirtió en una idea de serie, que fue rechazada por no pocas cadenas hasta que cayó en manos de la HBO, que al principio dudó si sería conveniente contar en su programación con una ficción protagonizada por un delincuente. Superados los temores (vivían de suscripciones particulares y no debían sufrir la posible censura de los anunciantes), accedieron a financiar una primera temporada, que precisamente se centraría en la difícil relación de Tony y su madre y que presentaría al resto de integrantes del clan Soprano.

Fue una decisión acertadísima. HBO logró una repercusión enorme. La crítica se entusiasmó poco a poco con una propuesta inédita hasta entonces en televisión y el público se fue sumando a ella. El canal de cable se coló en los palmarés de los premios más prestigiosos y consiguió aumentar su número de abonados. La ficción, en su cuarta temporada, alcanzó a 18 millones de personas, que llegaron a estar pendientes de la serie en una misma semana. Esta cifra sólo ha sido superada después en esa emisora por 'Juego de Tronos'. Tras seis temporadas y 86 episodios, la ficción terminó en 2007 con una despedida polémica, que no convenció a muchos seguidores por no ser demasiado clara ni cerrada.

'Los Soprano' inauguró un siglo dorado de la tele y dejó para la posteridad personajes sublimes, como Carmela, la religiosa esposa que obvia a lo que se dedica su marido; o Chris Montisalti, el sobrino protegido de Tony que se debate entre lo que quiere ser y lo que se atreve a ser; o el tío Junior, un desalmado capaz de cualquier cosa por salvar sus negocios. David Chase no ha vuelto a realizar nada similar. Al fin y al cabo, la televisión nunca le interesó demasiado.

Tony Sirico. Se convirtió en Paulie, uno de los hombres de confianza de Tony Soprano. Antes de ser actor, fue miembro de la mafia en la familia Colombo y estuvo a las órdenes de Carmine 'Junior' Persico. Conocía los entresijos del personaje al que interpretó, ya que en la vida real fue arrestado hasta en veintiocho ocasiones.

Matthew Weiner. Es el creador de 'Mad Men', título que se fraguó durante 'Los Soprano'. Weiner entró como supervisor de producción para la quinta temporada de la serie y ya entonces buscaba cadena para su propia ficción.

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