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Una secuencia 'coloreada' y, abajo, la original grabada en un avance de soldados de la Legión. dmax
Color en las trincheras de 1936

Color en las trincheras de 1936

El canal DMAX estrena mañana 'España Dividida: La Guerra Civil en Color', un documental con la colaboración de la Filmoteca Nacional. «Se nos saltaron las lágrimas al verlo»

MIGUEL ÁNGEL ALFONSO

Miércoles, 23 de noviembre 2016, 00:02

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Con mucha paciencia y fotograma a fotograma la Filmoteca Nacional y el canal DMAX (en abierto) han logrado dar color a la Guerra Civil (1936-39). Un episodio que hasta ahora había estado en blanco y negro en la memoria de los españoles que no vivieron directamente el conflicto. El trabajo ha sido titánico y han empleado un año y medio en analizar y retocar los más de 90 kilómetros de rollos de películas que sobrevivieron como testigos de aquella época, pero el resultado es 'España Dividida: La Guerra Civil en Color', una serie documental de tres partes de una hora cada una que la cadena estrena mañana (a partir de las 22.30 horas).

De repente, asoman entre las barricadas de Madrid, Barcelona y Bilbao, personas vestidas con monos azules, corbatas amarillas, mujeres ataviadas con alegres vestidos estampados, y resulta que ya no son tan diferentes a nosotros. Luego, poco a poco, el color rojo va impregnando las escenas dando lugar a uno de los episodios más dramáticos de nuestra historia reciente. «Cuando vimos aquellos primeros fotogramas en color, se nos saltaron las lágrimas. Una de las cosas que ha marcado a todo nuestro equipo es la sensación de estar pisando un territorio nuevo. Han sido muchas horas de trabajo pero el resultado ha merecido la pena, hemos sido lo más fieles posibles a la realidad», confesó ayer Francesc Escribano, el director, durante la presentación del documental a los medios.

La tarea no ha resultado fácil, sobre todo por el escaso metraje con el que contaban. En agosto de 1945 un incendio destruyó todo el material cinematográfico que los dos bandos enfrentados en la Guerra Civil habían grabado durante la contienda. Las películas y reportajes realizados en aquella época habían sido reunidos en los laboratorios Riera, en Madrid, y fueron pasto de las llamas. Parte de nuestra memoria histórica se convirtió en cenizas debido a la alta inflamabilidad del nitrato con el que estaban hechos los negativos.

«El material con el que contamos ahora ha sido fruto de lo que aparecía en casas particulares. También de intercambios con otras filmotecas de Inglaterra, Alemania y la Unión Soviética», explica Ramón Rubio, uno de los 'guardianes' de la Filmoteca. «En aquella época no había reporterismo audiovisual, la mayor parte del material pertenecía a la propaganda de los propios partidos y del ejército. Así que hemos tenido que ser especialmente rigurosos y no creernos nada de entrada», añade Escribano. Además, para la realización del documental han contado con el asesoramiento histórico del especialista británico Antony Beevor, quien se mostró receloso al principio, hasta que pudo observar de primera mano la labor que se estaba llevando a cabo.

Referencias cromáticas

Para trabajar con los negativos, la productora introdujo un avanzado y pesado escáner en las cámaras subterráneas de la Filmoteca, porque está prohibido sacar material de allí, por si se pierde o daña accidentalmente. Una vez escaneados los rollos de película se pasó por un sistema informático que separa en capas las imágenes y en ese momento fue donde entró en juego la pura artesanía. «Una de las primeras cosas que hicimos fue visitar las colecciones de uniformes militares, para buscar las referencias cromáticas más fidedignas, porque no hay fotos en color de la época. El proceso es muy lento, para colorear dos segundos de metraje a veces nos han hecho falta dos meses», comenta a este periódico Jordi Marqués, responsable del Diseño de Producción. Todo el aspecto de la moda de la época ha sido muy referenciado y estudiado, también en el terreno de lo civil. «A la gente le sorprende que nuestros abuelos vistieran de color», apostilla Marqués.

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