La titánica labor de recuperar los topónimos que faltan en los mapas

Javier Matey (Ezcaray, 1976) es ingeniero técnico forestal en la especialidad de Explotaciones Forestales por la Universidad de Huelva y experto en Sistemas de Información Geográfica por la de Andalucía. Se dedica profesionalmente a la asistencia técnica y consultoría para administraciones públicas, empresas y particulares, y a la elaboración de proyectos medioambientales, así como a la gestión, desarrollo y dirección técnica de los mismos.

Su incursión en el mundo de la toponimia comienza en 2002 con la elaboración de planos de toponimia para los proyectos de ordenación de montes públicos de La Rioja, con los que comenzó su andadura profesional. Tras descubrir la inmensa abundancia de topónimos no reflejados en ningún mapa se adentra en la titánica labor de recopilación y elaboración de planos toponímicos.

Tras la elaboración de los planos de Ezcaray, Ojacastro, Valgañón y Zorraquín entre los años 2002 y 2014 -publicados en este libro- colaboró con el IER en 2014 y 2015 en la realización de los planos toponímicos de Baños de Río Tobía, Canillas de Río Tuerto, Cañas, Estollo, Villar de Torre, Villarejo y Villaverde. Durante 2015 y 2016 se encargó también de los de Aguilar, Grávalos, Ortigosa de Cameros, Pazuengos, Pradillo y San Millán de la Cogolla.

En Viniegra de Abajo ha sido la iniciativa popular la que ha llevado a cabo una tarea como esta, que debería cundir en toda La Rioja para salvaguardar un patrimonio inmaterial en riesgo de desaparición. Se dice que el mapa no es el territorio, pero sin duda de este modo ayuda a conservarlo.