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Lunes, 19 de marzo 2018, 00:28
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Padres y maestros deben ir de la mano en la educación de los niños, predica Raúl Bermejo, una tarea que no se antoja fácil en la práctica. «Hay que remar en la misma dirección, lo cual ni significa que se esté de acuerdo en todo. A veces es difícil y hay cierta falta de respeto de los padres hacia los docentes, pero eso hay que cuidarlo, se puede hablar». En su caso, asegura que los padres siempre se lo han puesto bastante fácil. «De hecho, con la tutoría del año pasado organizábamos talleres en el aula y tenían aforo completo de las familias. Los padres pasaban un rato con sus hijos y el resto de alumnos en clase y la verdad es que difrutábamos un montón. Y para los propios alumnos era una satisfacción ver a su familia en el aula y participando. Digamos que era un trabajo corporativo». En las clases de Raúl Bermejo también son asamblearios. «Las asambleas son primordiales. Con tantos alumnos lo mejor para conocerlos es la asamblea, donde se utiliza el diálogo y la conversación. Es una rutina que hacemos a primera hora de la mañana y soy partidario de hacerla siempre que se pueda, ya que es donde se toman las decisiones, donde escuchas a los compañeros, donde respetas y aprendes a respetar. Al fin y al cabo es escuchar a los niños».
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