Borrar

La «obsesión» por los pobres, camino de santidad para el Papa

El diablo existe y no es sólo «un mito, una representación, un símbolo, una figura o una idea», afirma Francisco en su tercera exhortación

DARÍO MENOR

ROMA.

Martes, 10 de abril 2018, 00:57

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Los cristianos deben buscar la santidad volcándose en lo social pero sin olvidarse de la parte mística de la fe, pues sin ella se corre el riesgo de convertir a la Iglesia «en una ONG». Lo dice el Papa en su tercera exhortación apostólica, titulada 'Gaudete et exsultate' ('Alegraos y regocijaos'). Con sus cinco capítulos y 42 páginas, este texto magisterial, publicado ayer, plantea que, para alcanzar la santidad, es tan importante trabajar por los pobres como luchar contra el aborto. Sobre este último punto, invita a oponerse de forma «clara, firme y apasionada».

Francisco responde a quienes le recriminan su preocupación por los inmigrantes diciendo que no se trata de «un invento del Papa o un delirio pasajero», y asegurando que quien de verdad quiera la santidad está llamado a «obsesionarse» por la misericordia. El compromiso hacia aquellos que «se debaten en la miseria», destaca, no es algo «superficial, mundano, comunista ni populista».

Francisco quiere cristianos que busquen santificarse de forma activa, cada uno en su ámbito y sin considerar que se trata de un objetivo inalcanzable. Habla, de hecho, de la «clase media» de la santidad, encarnando esta aspiración en el contexto propio. Advierte que el gran enemigo a batir en «esa lucha» es el diablo, del que reafirma su existencia. No es sólo «un mito, una representación, un símbolo, una figura o una idea». Además de señalar que el aguante, la paciencia, el buen humor y la audacia son señales de que se va en el buen camino, el Papa ofrece un ejemplo práctico para evaluar la voluntad de los fieles hacia la santidad.

«Cuando encuentro a una persona durmiendo a la intemperie, en una noche fría, puedo sentir que ese bulto es un imprevisto que me interrumpe y quizá hasta una basura que ensucia el espacio público. O puedo reaccionar desde la fe y la caridad, y reconocer en él a un ser humano con mi misma dignidad».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios