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Michael McLoughlin
Domingo, 31 de agosto 2014, 08:01
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En 1974, cuando el Increíble -y voluble- Hulk sumaba 180 entregas de inconmensurables cabreos con sus consiguientes destrozos, apareció por sorpresa en la última página de aquel número un musculoso superhéroe que blandía unas afiladas garras que le nacían en los nudillos. Ese primer 'cameo' ...
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