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UN GRAN DÚO

CRÍTICA DE MÚSICA EDUARDO AÍSA

Jueves, 26 de abril 2018, 23:46

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No hace falta que les explique la categoría del chelista Herwig Coryn. Tuvimos la suerte de disfrutarlo en aquellos añorados ciclos de cámara de Cultural Rioja en el Auditorio Municipal y muy recientemente en el Círculo Logroñés, en su centenario, además leer su apabullante currículum. Y qué decirles de la espectacular progresión de la pianista Eva Fontalba, fruto de su inteligencia musical, de sus facultades y de su intensa preparación. Es un lujo escuchar a estos dos excelentes artistas y disfrutar de su arte.

En este concierto, el resultado fue algo desigual, con momentos verdaderamente brillantes y otros algo menos. No sé si el programa que ofrecieron era un poco lineal en la primera parte o que los intérpretes estaban algo fatigados -que me consta lo estaban-, pero, sobre todo la sonata de Chopin, quedó con poco brillo. El concierto daba comienzo con esa celestial melodía del Adagio y Allegro Op. 70 de Robert Schumann que ambos intérpretes desgranaron con mimo. A continuación la Sonata Op. 65 de Frédéric Chopin, que es una excepción dentro de su obra casi exclusivamente pianística y que tuvo una interpretación de buena factura aunque se le echara en falta algo más de vida en algún momento.

La segunda parte la llenaba por completo la Sonata Op.40 de Dmitri Shostakovich, con sus tremendos contrastes y sorpresas, desde el Allegro non troppo inicial plenamente clásico al Allegro final juguetón y virtuosístico, pasando por el casi salvaje Allegro central característico de Shostakovich y el interminable Largo que comienza ensoñador y termina mortecino. Aquí pudimos ver la excelente calidad de ambos con tremenda vitalidad en su lectura y absoluta compenetración en su ejecución: una modélica versión de una peculiar obra del siglo XX.

Las propinas elevaron la temperatura del público, con el difícil Estudio Revolucionario de Chopin para piano solo que Eva Fontalba resolvió con precisión, limpieza y auténtico fulgor, además del bellísimo Oblivion de Astor Piazzolla, donde Herwig Coryn casi nos hizo saltar las lágrimas. Un gran dúo.

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