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FERNANDO ITURRIBARRIA
Miércoles, 10 de enero 2018, 00:57
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parís. La Justicia francesa ha dado otro mordisco a la manzana. La Fiscalía de París acaba de abrir una investigación a Apple por presunto engaño y obsolescencia programada de sus modelos antiguos de iPhone. Francia es el primer país que ha penalizado por ley el acortamiento intencionado por los fabricantes de la duración de vida de sus productos. Otra causa paralela afecta al caso de las impresoras de Epson.
La Dirección General de la Competencia, el Consumo y la Represión de Fraudes, dependiente del Ministerio de Economía, tiene en el punto de mira a Apple. La Fiscalía le ha encomendado investigar la denuncia que la semana pasada presentó la asociación Alto a la Obsolescencia Programada (HOP, en las siglas en francés). Este colectivo de defensa de los consumidores ha recogido 2.600 testimonios para acusar a la compañía estadounidense de haber reducido voluntariamente el rendimiento de sus móviles mediante las actualizaciones de los programas.
A finales de 2017 Apple reconoció haber ralentizado el funcionamiento de sus iPhone 6 y 6S, lanzados en 2014 y 2015, así como del 7, en el mercado desde 2016. La firma de la manzana alegó entonces que pretendía prolongar la duración de vida de terminales con la batería demasiado usada como para permitir un uso clásico y expuestos también al riesgo de apagados repentinos.
HOP sospecha que, en realidad, Apple organizó una estrategia global de aumento de ventas destinada a empujar a los clientes a comprar un nuevo modelo para sustituir a los antiguos al degradar su funcionamiento cuando se preparaban las campañas de lanzamiento.
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