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Y después del verano...

Y después del verano...

La protección solar sigue siendo necesaria con la llegada del otoño, fecha idónea para redimir a piernas y talones de los daños del estío Los excesos de los meses de vacaciones deben corregirse con la vuelta a la rutina

MIGUEL AIZPÚN

LOGROÑO.

Martes, 26 de septiembre 2017, 00:09

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Es la hora de valorar el impacto sobre la piel de un veraneo donde la dinámica del ocio tiende a relajar las precauciones y saltarse las reglas. Es muy habitual la frase «estas semanas me he pasado... (con la comida, con los recortes al sueño, con la exposición al sol...)», unos excesos que ahora deben corregirse.

La piel es el órgano más extenso de nuestro cuerpo y, como tal, seguramente el más expuesto a las agresiones externas. Además de corregir y curar los posibles excesos y lesiones, el dermatólogo se encargará de fijar una estrategia de prevención adecuada, de cara a los cambios otoñales.

Durante el verano, la piel se reseca y ahora es el momento de una profunda exfoliación para eliminar las células muertas y de una buena hidratación. Como también lo es para restaurar los hábitos de vida saludables, que refuerzan nuestro bienestar y frenan el envejecimiento de nuestra piel.

El otoño es un buen momento para los tratamientos con peeling, láser, bótox o rellenos

No olvide que ya Hipócrates decía que «sin salud no hay belleza a ninguna edad». Cuide en primer lugar su salud y en segundo lugar su belleza.

Hay que «reorganizar» los cuidados cosméticos y volver a la rutina, con los pilares básicos, para mantener una piel sana y cuidada. Limpieza e hidratación con factor de protección solar a la mañana y limpieza seguida de la aplicación del dermo-tratamiento, que le haya aconsejado su dermatólogo para prevenir el envejecimiento cutáneo y tener una piel con las mejores cualidades cosméticas. Es un buen momento en otoño para realizar tratamientos con peeling, láser para eliminar las manchas solares (sobre todo de cara, escote y manos), y aplicación de bótox, rellenos, etc.

Hay que prestar una especial atención a las partes de nuestro cuerpo que han estado más expuestas al impacto de los rayos solares y seguir protegiéndolas también en otoño. Porque hay un error bastante extendido, que consiste en pensar que la protección solar y la hidratación únicamente deben aplicarse cuando se toma el sol en la playa. Sin embargo, ambas precauciones siguen siendo necesarias también en otoño.

No podemos olvidarnos del cuidado de la piel del cuerpo y realizar a diario una buena hidratación, sobre todo en las piernas ya que tenemos menos glándulas sebáceas y se nos reseca más la piel, y más si somos de piel seca y vamos cumpliendo años, ya que con la edad la piel tiende a la sequedad.

También y muy especialmente debemos hidratar los talones, ya que han sufrido mucho en verano por andar descalzos en las playas y piscinas, el uso de chanclas y sandalias, etc.

No olvidemos tampoco el cuidado de las manos. Hay que aplicarse, las veces que sea necesario, una buena crema de manos y usar guantes sobre todo para las faenas de la casa, en que usemos detergentes, etc.

Muchas personas suelen preocuparse (y hasta obsesionarse) por conservar el color moreno de su piel, conseguido trabajosamente a lo largo del verano.

Pasados los días de playa y de piscina, en los que el sol se prodiga generosamente, la piel vuelve a tomar su color habitual, perdiendo gradualmente ese bronceado que tanto gustaba y que ahora, como todo lo que se pierde, se valora más.

El autobronceador se convierte entonces en una ayuda de valor incalculable para prolongar el color moreno después del sol.

Frente a la errónea concepción de que sólo sirve para llegar con la piel morena a los primeros días de verano, el autobronceador logra su mayor efectividad sobre una piel que ya tiene algo de color, realzando su tono y mejorando su aspecto en los días otoñales.

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