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GONZALO SELLERS
Sábado, 24 de junio 2017, 01:02
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Los Reyes de España inauguraron ayer en Santander el Centro Botín, un museo que se dispone a irrumpir de lleno en el circuito internacional del arte contemporáneo. Un millar de personas se acercaron a los Jardines de Pereda para ser testigos de un momento histórico. El edificio diseñado por Renzo Piano se reveló como un homenaje a la figura del fallecido Emilio Botín. El Centro fue su obsesión durante la última etapa de su vida, y el acto de ayer, al que asistieron 300 personalidades del mundo del arte, la política y la economía, recordó su empeño por dejar un legado visible y duradero en la capital cántabra.
Prácticamente toda su familia, su viuda, sus hijos y sus nietos estuvieron en una inauguración convertida en reconocimiento público al sueño hecho realidad de Emilio Botín, al trabajo de la fundación y a los patrocinios de la saga familiar en Cantabria. «Nada hubiera sido posible sin su generosa contribución para devolver a la sociedad el éxito empresarial con un mecenazgo sostenido», destacó su hijo Javier, anfitrión y presidente de la Fundación Botín.
El Rey dedicó en su discurso unas palabras de «especial reconocimiento» al banquero y a Paloma O'Shea, que continúa su labor de patrocinio, especialmente en Santander, con la Fundación Albéniz. «Todos estamos de enhorabuena, todos ganamos; y por tanto debemos dar unas gracias inmensas a la Fundación Botín por hacerlo posible», aseguró el Monarca, quien reconoció que «no es fácil convertir las grandes ideas en realidades tangibles».
Don Felipe calificó el Centro Botín como un «nuevo motor e icono de cultura y progreso de la sociedad» y un «foco de desarrollo para Cantabria y España», que servirá para situarlas «en el mundo del arte», y le auguró «el mayor de los éxitos». Los Reyes, que estuvieron acompañados por el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, descubrieron una placa conmemorativa, ubicada junto a una obra del cántabro Juan Uslé de la colección 'Arte en el cambio de siglo', que desde hoy mismo ya podrá visitar cualquier ciudadano.
El anfiteatro del edificio se convirtió en un mirador privilegiado sobre la bahía cuando Renzo Piano, tras explicar en italiano su visión sobre la ciudad y la relación del Centro con el agua, decidió que la mejor manera de demostrar esa «luminosidad especial» que tiene Santander, y que tanto le ha obsesionado y condicionado en el diseño de la instalación, era levantar los estores que cubrián el ventanal de la fachada. Allí, en la sala, no quisieron perderse el estreno personalidades tan distintas como el cineasta Carlos Saura; el escritor Jesús Ruiz Mantilla; el embajador de Reino Unido en España, Simon Manley; el cardenal Carlos Osoro; el exdirector del Museo del Prado Miguel Zugaza o las exministras Isabel Tocino y Pilar del Castillo, entre otros.
Los Reyes, acompañados por Paloma Botín, que hizo las veces de guía, recorrieron todos los recovecos del Centro. La Reina se interesó especialmente por un puzle situado en la sala de inteligencia emocional que muestra las virtudes educativas de cada arte. Doña Letizia se quedó rezagada del grupo principal para interesarse por todas las piezas que componían esta obra.
Liébana, aplazada
Pero donde realmente se demostró la participación activa de los Reyes fue en la muestra de Carsten Höller. Los dos pasaron por 'Y', la instalación de 960 bombillas en forma de túnel y se detuvieron interesados en la 'cama ascensor', que permite pasar una noche en el museo a quien esté dispuesto a pagar 350 euros. Don Felipe y doña Letizia también se interesaron por los estudios que realiza la Fundación Botín de los grabados de Goya.
Lo que no pudieron ver los Reyes fue el Monasterio de Santo Toribio de Liébana. La visita estaba cerrada desde hace una semana, pero las condiciones meteorológicas obligó a suspender el trayecto en helicóptero. Felipe VI aseguró que tanto él como doña Letizia esperan «poder volver a intentarlo lo antes posible y, sobre todo, durante este año tan especial como lo es el Año Jubilar Lebaniego».
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