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Enamorados. La prueba de que la pareja está encantada con la noticia de ampliar la familia es esta foto que han colgado en Facebook. ::
Hermanos, padres y tíos

Hermanos, padres y tíos

IRMA CUESTA

Martes, 13 de junio 2017, 23:33

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El embarazo de Ana Parra no tendría nada de particular si no fuera por un pequeño detalle. Hace solo unas semanas, esta catalana de 28 años, joven y sana, se sentó ante su médico para decirle que estaba esperando un niño muy especial. Y no solo porque intuya que el chaval (o la chavalina, que aún no se conoce el sexo del bebé) va a a ser un fenómeno, que seguro, sino porque el padre de la criatura es también su hermano.

La sorprendente historia de Ana y Dani Parra, dos jóvenes de Barcelona hermanos de padre que se encontraron por primera vez hace unos años y, ayudándose a pasar una etapa complicada de su vida, terminaron enamorándose, está a punto de estrenar un nuevo capítulo. Embarazados de trece semanas, lo primero que han tenido que hacer es someterse a un test de genética. «Todos somos portadores de una serie de enfermedades y, aunque en situaciones normales no tienen por qué pasar nada, como Dani y yo somos hermanos por parte de padre las posibilidades de llevar en nuestros genes las mismas era muy alto. Sin embargo, contra todo pronóstico, los médicos nos han dicho que no coincide ninguna de esas que llaman enfermedades recesivas. Estamos encantados», cuenta Ana, incapaz de disimular que está como loca con la idea de tener un hijo con Dani, un chico increíble de 25 años que tampoco tendría nada de particular si no fuera porque es su hermano.

La historia de esta pareja comenzó cuando ella se empeñó en conocer al hijo que había tenido su padre poco después de abandonarla a ella y a su madre. Cuando ambos se reencontraron, Ana digería como podía el fin de una relación y, como por arte de magia, Dani se convirtió en su mejor amigo; de la noche a la mañana, aquel chico al que no había visto en su vida le ofreció un hombro sobre el que llorar y un brazo al que agarrarse cuando flaqueaban las fuerzas. Luego, casi sin darse cuenta, se enamoraron.

«¿Por qué, con tantas personas que hay en el mundo? Porque el amor no es algo racional ni matemático. Tenemos una conexión especial, nos entendemos muy bien, compartimos los mismos gustos, hobbies, metas...», ha contado Ana cuando le han preguntado.

La pareja, que hoy vive con absoluta normalidad su situación, decidió un buen día, harta de andar escondiéndose, que la mejor forma de acabar con las murmuraciones y quitarle morbo al asunto era contar su historia en televisión. Hace ya un año que se presentaron en 'Cámbiame', el programa de Telecinco al que la gente acude dispuesta a cambiar de imagen, y asombraron a propios y extraños anunciando que se querían. «No solo hemos venido aquí para pedir un cambio de estilismo, sino para cambiar totalmente nuestra vida porque teníamos algo que contar y este es un buen sitio para hacerlo. La sorpresa para vosotros es que, aparte de ser hermanos, somos pareja», soltó Dani tan tranquilo.

Desde entonces, asegura Ana, a pocos les importa ya que estén cometiendo incesto; ni siquiera a su madre, que, según dice, ha pasado de mantener una relación distante con ella a estar feliz pensando que a la vuelta de unos meses se convertirá en abuela.

El Código Civil no lo admite

Las cosas, sin embargo, no son tan sencillas como parecen. Aunque escuchando hablar a la pareja da la impresión de ser una más de los millones que pueblan el planeta esperando la llegada de su primer hijo, Ana y Dani aún tendrán que arreglar algunas cosas antes de sentirse, realmente, como cualquier familia normal. De momento, aunque les gustaría, no han podido casarse ni inscribirse como pareja de hecho. Según el Código Civil, por más que uno se empeñe no puede ser hermano y marido a la vez. Eso, por no hablar de que, cuando nazca el niño, Dani no podrá aparecer en el libro de familia como padre de la criatura por la sencilla razón de que es su tío.

Ana dice que han dejado el asunto en manos de un abogado y que la idea es que su padrastro -«el hombre que realmente siento como mi verdadero padre»- la adopte legalmente. «Él está encantado con la idea y eso haría que Dani y yo dejáramos de ser hermanos a ojos de la ley. Eso podría permitirnos casarnos y, sobre todo, que él aparezca en el libro de familia como padre del niño. Pero no sabemos si finalmente podrá ser. Está claro que va a ser complicado, pero estamos decididos a buscar un arreglo que favorezca a nuestro hijo el día de mañana», afirma Ana. Reconoce que, en cualquier caso, lo que ahora les importa es ese niño que nacerá en diciembre y que los convertirá en padres y tíos el mismo día.

Articulo 47. Aunque el incesto en España no es delito desde 1978, el Código Civil prohibe contraer matrimonio a parientes en línea recta (padres e hijos, abuelos y nietos) y en línea colateral (hermanos) hasta el tercer grado. Con lo que no hay problema es con el casamiento entre primos, aunque también estuvo prohibido durante el siglo XIX.

La excepción. De toda Europa, solo en Suecia se permite el matrimonio a quienes comparten un progenitor.

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