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Miguel Falomir, ante la puerta del edificio de Los Jerónimos. :: óscar del pozo
«El 'Guernica' no volverá al Prado»

«El 'Guernica' no volverá al Prado»

«Al fin estamos, como institución, a la altura de las colecciones», se ufana el sucesor de Zugaza al frente de la pinacoteca

MIGUEL LORENCI

Miércoles, 22 de marzo 2017, 00:49

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La paz del 'Guernica' llega al Prado con Miguel Falomir (Valencia, 1966). «No me interesa en el Prado», dijo ayer el nuevo director sobre el universal lienzo de Picasso poco antes de tomar posesión de su cargo. Cree que no tiene enemigos en una casa que «por fin está, como institución, a la altura de sus colecciones». Con la economía en franca recuperación, estima que es tiempo de enfriar la locomotora de la autofinanciación. «Si está siempre al rojo vivo, estallará», alerta Falomir, que toma de Miguel Zugaza el testigo de una institución «saludable». El primer director surgido de la cantera del museo en casi seis décadas tendrá como segundo a otro hombre de la casa, Andrés Úbeda.

-Su llegada al cargo fue un parto con fórceps. ¿Qué le decidió a aceptar?

-Valoré lo personal y lo profesional, que me preocupa más. Asumir el cargo supone dejar de lado la historia del arte y dedicarse a la gestión de la historia del arte. Tengo 50 años y muchos proyectos en la cabeza. Me pareció prematuro. Pero cambié de criterio cuando me hicieron ver que mi posición era maximalista. Que contaba con una excelente gestora, Marina Chinchilla, y que se me pedía la dirección intelectual del Prado. No podré hacer exposiciones y actuar como conservador, pero no se trata de ser únicamente un gestor. Culminaré proyectos como el catálogo de Tiziano y la exposición de retratos de Lorenzo Lotto, pero no competiré con los conservadores.

-¿Hará una revolución tranquila?

-Durante los dos últimos años he sido el segundo de Zugaza, que se va con el apoyo unánime y la plena aprobación de su gestión. Llevo 20 años en la casa y tirar por la ventana todo lo hecho sería imprudente y una temeridad. Nadie pide eso. Es mucho y bueno lo que se ha hecho y hay que mantenerlo. Pero tengo mis ideas y las desarrollaré.

-¿Con la ampliación del Salón de Reinos y el bicentenario?

-Ambos nos permiten repensar qué somos y qué queremos ser. Deseo que el bicentenario sirva para abrir más el museo a la sociedad. En el Salón de Reinos hay unos plazos muy claros que se respetarán siempre y cuando haya financiación. Evidentemente, no estará concluido para 2019. Nunca se pretendía y sería materialmente imposible.

-El regreso del 'Guernica' ¿es un capítulo cerrado?

-Espero que lo sea a partir de hoy. No, no estoy interesado en el 'Guernica' para el Prado. Puedo decirlo más alto, pero no más claro. No volverá aquí. Es una obra fabulosa que cualquier director querría, pero está magníficamente bien donde está. Hemos perdido la perspectiva. Tanto el Reina Sofía como el Prado son museos nacionales de titularidad pública. Lo importante es que el 'Guernica' pertenece a todos los españoles. Mientras sea director, no lo reclamaré ni entraré en competición ni en colisión con ninguna institución cultural española. Estoy encantado y deseoso de ver la exposición que le van a dedicar en su 80 aniversario.

-¿Quién será su segundo?

-Andrés Úbeda, jefe del área de pintura italiana y francesa, lleva 20 años en el museo y lo conoce perfectamente. Su carácter le permite llevarse bien con la gente. Es quien más sabe sobre el Palacio del Buen Retiro y, dado que es uno de los grandes retos, creo que esta particularmente cualificado.

-Una rareza que el director y el subdirector salgan de la plantilla de la casa.

-No ocurría desde Sánchez Cantón en 1960. Soy el agraciado, pero es muy importante. Cuando el museo no ha funcionaba se buscó fuera; cuando funciona lo lógico era mirar dentro.

-¿Conoce bien los enemigos que tiene en la casa?

-Quiero creer que no los tengo. Habrá quien piense distinto que yo sobre cuestiones concretas, y es válido, necesario y lógico. Se aprende más de quienes expresan opiniones distintas que de quienes se limitan a secundar lo que tú digas en virtud de tu cargo. En los últimos 20 años ha habido disparidades, pero aquí nadie pierde las formas.

-¿El talón de Aquiles del Prado?

-Nunca estuvo mejor que ahora. Pero el mayor de sus problemas es que la autofinanciación supera el 70%. Es asumible puntualmente, pero inviable a medio plazo. La locomotora se puede sobrecalentar alguna vez, pero si va siempre al rojo vivo explotará. Llegar a la fórmula 60-40 sería el ideal. Otro reto crucial es comprender que el Prado, como otros grandes museos, ha pasado de ser una institución estrictamente cultural a ser también un destino turístico. Pasamos de 800.000 a tres millones de visitantes. Es buenísimo de entrada, pero genera problemas. Hay que conseguir que la experiencia del museo siga siendo grata. Todos conocemos museos que literalmente no se pueden visitar.

-¿Qué exposición sería un 'pelotazo' parecido al del Bosco?

-Si pensamos así, somos esclavos del 'pelotazo', de las exposiciones rutinarias que todo el mundo quiere hacer, como El Bosco y Caravaggio. Acabas viendo la misma en todas partes. Y estoy harto. El Prado debe hacer proyectos propios y singulares. Si el producto es bueno, la gente viene. Estoy más orgulloso de 'Metapintura' que del Bosco. La experiencia de su visita no fue particularmente placentera, con un apelotonamiento difícil de evitar. Y vive Dios que no adopto posiciones elitistas. Nuestra obligación es llamar la atención sobre lo que no se conoce, no machacarnos constantemente con lo que sabemos que es un éxito seguro. Eso procura réditos a corto plazo, pero es lesivo intelectualmente.

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