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Viernes, 17 de marzo 2017, 01:09
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barcelona. Científicos del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (Idibaps) y del Instituto de Investigación Biomédica (IRB) de Barcelona han logrado que virus modificados genéticamente ataquen de forma selectiva a las células tumorales sin que las sanas se vean afectadas.
El trabajo, que hoy publica las revista «Nature Communications», es fruto del trabajo de una tesis doctoral de Eneko Villanueva y la han coliderado Cristina Fillat, jefa del grupo terapia Génica y Cáncer del Idibaps, y Raúl Méndez, investigador del IRB.
Según ha explicado Méndez, el tratamiento convencional del cáncer puede provocar efectos secundarios no deseados debido a la poca selectividad, y para evitarlos se buscan nuevos tratamientos capaces de eliminar de forma eficiente las células cancerígenas y preservar las sanas. Una de las nuevas terapias en cáncer se basa en el desarrollo de virus oncolíticos, es decir, virus modificados para que sólo infecten a las células tumorales.
En los últimos años se han creado virus con ingeniería genética para maximizar su efecto anticancerígeno, pero a medida que la potencia del virus aumenta, también lo hace la toxicidad asociada.
Los investigadores del Idibaps y el IRB han desarrollado un abordaje innovador para dotar a un adenovirus de una alta especificidad contra las células tumorales.
«Hemos aprovechado la diferente expresión de un tipo de proteínas, las CPEB, en tejidos normales y tumorales», ha dicho Méndez.
Las CPEB son una familia de cuatro proteínas de unión al ácido ribonucleico (ARN) -las moléculas que llevan la información de los genes para sintetizar proteínas- que controlan la expresión de cientos de genes y mantienen la funcionalidad y capacidad de reparación de los tejidos en condiciones normales.
Cuando las CPEB se desequilibran, cambian la expresión de estos genes en las células y contribuyen al desarrollo de procesos patológicos como el cáncer. «Nos hemos centrado en el doble desequilibrio de dos de estas proteínas en tejidos sanos y en tumores: por un lado tenemos CPEB4, que en estudios anteriores demostramos que tiene una expresión elevada en células cancerígenas y que es necesaria para el crecimiento del tumor, y, por el otro, CPEB1, muy expresada en tejido normal y que se pierde en el tumoral», ha añadido Méndez.
Ahora los investigadores buscan combinar este tratamiento con terapias que ya están en la práctica clínica o en fases muy avanzadas de desarrollo para buscar sinergias y poder ser más eficaces en el control del tumor.
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