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Rafael Matesanz, en la terraza de la sede de la Organización Nacional de Trasplantes en Madrid. :: óscar chamorro
«Fabricar órganos con células del propio paciente sería la panacea»

«Fabricar órganos con células del propio paciente sería la panacea»

A un mes de su marcha, este nefrólogo madrileño vaticina que España continuará como referente mundial

DANIEL ROLDÁN

Lunes, 6 de marzo 2017, 01:08

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Rafael Matesanz (Madrid, 1949) abandonará la Organización Nacional de Trasplantes a final de mes, después de convertir a España en el primer país del mundo (43,4 donantes por millón de población) en la materia, y con visos de que el próximo año, su sucesor en el cargo volverá a marcar un récord.

-¿Qué ha supuesto Pablo Ráez para la ONT?

-Creo que en el caso de Pablo pone de manifiesto que los españoles son muy sensibles cuando el mensaje está muy bien hecho. Estaba en la línea de la ONT de potenciar todo tipo de donaciones, tanto las de órganos, como la médula o cordón. Para nosotros fue un aliado impagable. El 'efecto Pablo Ráez' se ha notado en todos los centros de donantes y ha conseguido multiplicar claramente las donaciones.

-¿Un ejemplo del que el mensaje sigue calando?

-En el campo de los trasplantes siempre hay algo que hacer. Quien crea que está todo hecho y se puede echar a descansar, está muy equivocado. Por mucho que logremos cosas siempre podemos conseguir algo más. El reto de Pablo de llegar al millón de donantes de médula es espectacular. En 2012 estábamos en 100.000.

-¿Hacer números es una quimera con tan buenos resultados?

-Siempre hay que hacer números, marcarse unos objetivos aunque sea para superarlos.

-Estos continuos récords, ¿son una 'maldición' para su sucesor?

-Todo en esta vida es el yin y el yan. Tiene el problema de que el listón está muy alto, pero también tenrá la ventaja de que la donación de médula y de órganos son una tendencia creciente. Los primeros meses de este año muestran un claro crecimiento en relación al pasado. Quien dé los datos el próximo enero se va a encontrar con un nuevo récord.

-¿Sabe quién le va a sustituir?

-No. Hay varios candidatos y la ministra decidirá.

-¿Cuál es el momento más complicado de la ONT?

-El inicio. Fue complicadísimo porque era otro mundo. En estos momentos, la ONT vive uno de sus mejores momentos, salvo los derivados de la sucesión (risas).

-¿Gracias a una gran organización?

-Hemos demostrado que las 17 comunidades pueden ir juntas y que todas ganan. Es un ejemplo para el resto del Sistema Nacional de Salud. Nosotros nos creímos la descentralización desde el minuto cero, antes de las transferencias del Insalud. Además, la toma de decisiones siempre es mancomunada. Las regiones no quieren llevar la contraria, sino unas directrices que sean comunes para todos.

-Cuando los accidentes de tráfico comenzaron a descender, la ONT tuvo que adaptarse a la nueva realidad. ¿Fue otro momento complicado?

-Es un cambio epidemiológico fundamental. Cuando empezamos, la mitad de nuestros donantes lo eran por accidentes de tráfico. Ahora son un 4%. Ha habido que buscar donantes totalmente distintos, donantes de mucha más edad. Ese sí que ha sido un cambio radical. Pero ha habido otros, como la donación en corazón parado que representa la cuarta parte de nuestros donantes. O la colaboración con los servicios de Urgencias. Sin esos cambios nos hubiéramos quedado estancados hace tiempo.

-¿Y cuál es la siguiente frontera?

-Estos dos tipos de donantes no ha llegado al límite. Tienen un recorrido importante. Todavía estamos en una fase de relativo aprendizaje.

-¿Y donaciones de cabeza?

-Es el mito de Frankenstein. No tiene ninguna viabilidad.

-¿Más probabilidades tienen las investigaciones de Juan Carlos Izpisúa?

-Son las únicas en materia de trasplantes que tienen visos de realidad. Ha conseguido crear quimeras hombre-cerdo, mezclar las dos células y que convivan. Los siguientes pasos serán crear órganos partiendo de células del propio paciente. Sería la panacea porque conseguiría una fábrica inagotable de órganos que no levantarían rechazo en el enfermo, ya que habrían sido fabricados con sus propias células. No lo vamos a ver en poco tiempo pero es la vía correcta.

-¿Continúan exportando el modelo español?

-Sí. Hemos tenido delegaciones de Kazajistán, China, Indonesia, Corea del Sur o India.

-Asia es una zona del mundo con un índice de donación muy bajo.

-Tiene el 60% de la población mundial pero solo representa el 3% de las donaciones de personas fallecidas. No pueden atender a su población.

-¿Hay más preocupación por el tráfico de órganos?

-Los casos que han trascendido -un concejal libanés que quería un hígado y el hijo de un mafioso serbio que necesitaba un riñón- tienen en común que son gente que viene de fuera y que esto es habitual en sus países. El tercer caso, que es menos mediático pero más peligroso, es el de los búlgaros introducidos en la lista de espera por un fraude a la Seguridad Social. Sería más peligroso si se extendiera esta práctica de turismo de donación. Vienen aquí porque, por ejemplo, el tiempo de espera medio en España para el trasplante de un riñón es un año; en Alemania, de siete.

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