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LA OTRA CARA DE LA CARCAJADA

ERNESTO PASCUAL - CRÍTICA DE TEATRO

Sábado, 11 de febrero 2017, 23:33

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Cómicos 2017 ha arrancado este fin de semana como viene acostumbrando, sorprendiendo a su público. Y su público está preparado para adentrarse en las propuestas que lanza el organizador colectivo cultural Quatre Cats.

Con la sala Florida llena -a falta de unas contadas butacas-, quien se sentara esperando la risa fácil en la apertura de la XIX Muestra Nacional de Teatro Cómicos de Alfaro no lo tuvo fácil en la doble función de este viernes y sábado. Hubo risas, sí. Pero esas risas llevaron, a través de una sutileza exquisita en el relato y una embriagadora interpretación de sus dos protagonistas, a la reflexión sobre la realidad que sufren en estos tiempos miles de familias.

Cómicos se ha caracterizado desde sus inicios por el humor inteligente y por el compromiso social. La compañía andaluza La Estampida abrió esta edición respondiendo a ese perfil con 'Las princesas del Pacífico', una de las obras más aplaudidas de la escena española con ya tres años en escena y una buena colección de premios.

Absolutos imanes de las desgracias, con una notificación de que les van a cortar el suministro de gas, una tía viuda y una sobrina huérfano pasan la Nochebuena ante el televisor sin árbol de Navidad, sin cena en familia, sin vestido que estrenar. Sólo tienen la televisión y el criticar el mal de los demás para no sufrir el suyo. Con mucha acidez, despiertan la carcajada del público. Y ahí, entre esos pesares, sobrevuela la sombra del otro lado de la carcajada, la pregunta que acosa al público, que se cuestiona de qué se está riendo. En un momento, rompen la cuarta pared e interpelan al público. «No todo van a ser penas, que hemos venido a divertirnos», dicen.

Con una escenografía mínima, con apenas dos maletas, el movimiento y la interpretación de Alicia Rodríguez y Belén Ponce de León hacen ver las diversas estancias del barco, el mar, personajes como el capitán, unas engreídas señoras de alta clase, un joven un tanto sospechoso...

Pero incluso la fortuna del crucero se convertirá en desgracia, con un destino implacable. Con esa sutileza de los grandes textos, que no necesitan contarlo todo para contar, la obra conmueve al espectador. Los de Cómicos ovacionaron e hicieron salir tres veces a saludar a las protagonistas.

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