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El sociólogo y psicoterapeuta, Enrique Martínez Lozano. :: m.herreros
«El miedo al silencio es el temor a quedarse a solas con uno mismo»

«El miedo al silencio es el temor a quedarse a solas con uno mismo»

Martínez Lozano imparte hoy una ponencia en el Foro de la Espiritualidad de la Universidad Popular, que Riojafórum acoge hasta mañana

P. HIDALGO

Sábado, 4 de febrero 2017, 00:17

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Enrique Martínez Lozano (Guadalaviar, Teruel, 1950) es conferenciante y autor de varios libros en los que articula la psicología y la espiritualidad para potenciar el crecimiento del ser humano. Martínez Lozano constituye uno de los ponentes del V Foro de la Espiritualidad que organiza la Universidad Popular de Logroño y que tendrá lugar a lo largo de la jornada de hoy y mañana por la mañana en Riojafórum. La presente edición girará en torno a 'El poder del silencio'.

Usted predica el modelo no-dual de cognición. ¿En qué consiste?

Significa que tenemos mente, pero que somos más que la mente. Hay un modelo de conocimiento basado en el modelo mental, pero hay otro modo de conocer que está más allá del mental y a ése le llamamos no-dual. El modelo mental de conocer es el que hemos heredado y el que en Occidente alcanza la cota máxima con Descartes. Pero cuando se habla de experiencias de iluminación o místicas se alude a ese otro modo de conocer lo real que no pasa por la mente.

La ponencia que impartirá esta tarde lleva por título 'Somos silencio'. ¿En la acelerada y bulliciosa sociedad actual se puede afirmar esto?

Sí. Nuestro desvarío, nuestro engaño consiste en reducirnos al movimiento acelerado, al ruido, a quedarnos en cierto modo en la superficie a ciegas, que es uno de los puntos negros de nuestro momento histórico. Frente a esas trampas que nos empobrecen y nos hacen daño, incluso a nivel de salud, creo que es bueno abrirnos, experimentar. Cuando nos escuchamos bien lo que realmente somos es silencio. El silencio no significa lo contrario del ruido ni de la acción. Silencio es aquello que contiene tanto el ruido como el no ruido, la acción y la inactividad. Es decir, silencio sería como ese nivel profundo, en el que nos encontramos con nuestra verdadera identidad.

¿Hoy en día tenemos miedo al silencio?

Sí, siempre ha habido miedo al silencio porque denota el temor a quedarse a solas con uno mismo. Además, en este momento histórico ese miedo está reforzado porque nos encontramos en un tiempo en el que tenemos más que nunca estímulos (generalmente tecnológicos), compensaciones o huidas. No es fácil que la persona de entrada sienta atracción por el silencio. Esa atracción que se experimenta suele ser fruto o resultado de un camino o de un trabajo psicológico.

¿Cómo puede crecer el ser humano atendiendo a la psicología y a la espiritualidad?

Para entender la paradoja del ser humano, necesitamos reconocer en nosotros la existencia de un doble nivel. Uno sería el nivel de la mente, del yo, el aparente; y otro sería el nivel profundo, el de la quietud, del silencio, lo real, de la consciencia. La sabiduría consiste en compaginar ambos niveles, el nivel aparente en el que se envuelve nuestro yo y el nivel profundo en el que conectamos con nuestra verdadera identidad.

¿Cómo deben afrontarse las crisis vitales?

La crisis de entrada es siempre una oportunidad. Por eso, cuando se ha vivido, la persona termina agradeciéndolas porque se da cuenta de que gracias ellas ha crecido un poco más. Para afrontarlas hay que tener en cuenta las actitudes y las herramientas. La primera actitud es preguntarse para qué me pasa esto y qué puedo aprender de esto. En cuanto a las herramientas, tenemos la búsqueda de ayuda, el no quedarse en la rumiación o cavilación que tanto nos engaña y tanto daño nos hace, ejercitar la capacidad de no escaparnos del presente... Fundamentalmente se trata de aceptar la crisis cuando aparece y, al mismo tiempo, de no reducirnos a ella.

¿Cómo ve hoy en día la religión, la religiosidad y las diferentes religiones?

Espiritualidad es la dimensión profunda que nos constituye y religiones son lo que podemos tener. Las religiones han nacido en la historia como modos de expresar ese dinamismo profundo que llamamos la dimensión espiritual de la persona y a quien les sirvan me parece genial que las utilice. En todo caso, es fundamental darnos cuenta de que una religión es sólo un mapa y que lo importante nunca es el mapa. El mapa está al servicio de nuestra dimensión espiritual, eso sería el territorio. Las religiones pueden ser beneficiosas para la persona en tanto en cuanto se sitúen al servicio de la vida y de la espiritualidad. Lo peor que le puede pasar a una religión y a las personas que creen en ella es que ésta se absolutice, que se llegue a proclamar como la única verdadera y se confundan las creencias que se tienen con la verdad.

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