El director del instituto de Murcia no vio acoso sobre la niña de 13 años que se suicidó

Un ataque que, aseguran los suyos, fue ninguneado por la dirección del instituto Ingeniero de la Cierva, de la pedanía de Patiño. «Nos dijeron que sabían que pasaba algo, pero que era una chiquillada», remarcó una portavoz de la familia. Fuentes de la Consejería de Educación explicaron que el centro investigó los hechos y expulso a algunos alumnos, pero no alertó a la Fiscalía de Menores al no considerarlo un caso de acoso.

Los problemas de Lucía se hicieron patentes cuando cursaba 1º de la ESO en el instituto patiñero. Al parecer, la menor -al ser el centro adscrito a Aljucer- coincidió en el aula con algunos compañeros que ya había tenido en el colegio y con los que venía arrastrando problemas desde entonces. Según sus familiares, un profesor se percató de que la menor no se integraba adecuadamente y dio aviso a la dirección del centro, pero esta no lo comunicó a los padres. «Todo se dilató porque la niña no habló hasta una mañana en que se desbordó y lo contó», explicó un familiar. «Los padres fueron entonces a hablar con el centro».

A raíz de este episodio, ocurrido en mayo del pasado año, en el que, al parecer, la niña fue insultada por unos compañeros, la Consejería asegura que el instituto puso en marcha el protocolo de actuación y todos los mecanismos para estos casos. Ordenó la expulsión de uno de los alumnos y adoptó medidas contra otro, un alumno de integración -le hizo enviar una carta a la niña pidiéndole disculpas-. No se dio parte a la Fiscalía porque, según explicó la Administración, «el protocolo no concluyó que existieran evidencias o indicios de acoso escolar».

Tras estos hechos, según explicó la familia de Lucía, la niña no quería regresar al centro educativo y pese a estar a un mes de final de curso, la familia decidió pedir que la cambiaran de instituto. «El padre fue al instituto a pedir un informe para justificar ese cambio de centro, pero el centro se lo negó», relató la familia. Dado que la menor se estaba sometiendo a tratamiento, fue su psicóloga la que redactó un informe acreditando ese supuesto acoso.

Con este documento, la familia se acercó a finales de mayo a la Inspección de Educación a pedir otro centro. Según explica la familia, el inspector les aseguró no tener constancia de este caso, pero rápidamente convocó una comisión que aprobó el traslado de la adolescente al instituto Licenciado Francisco Cascales, en el centro de Murcia.

«Nos dieron una salida muy rápida», reconoce la familia, que valora positivamente la atención que la niña recibió en este segundo centro. «Es lo mejor que le pasó a la niña en los últimos meses», incidió. «La acogieron entre algodones». La Consejería recalcó ayer que «profesores y alumnos estaban implicados en apoyar y hacer un seguimiento de la joven, siempre contando con la colaboración y consideraciones de la familia».

Tras este cambio, según explicó la familia, la menor «se borró de todos los grupos de Whatsapp» y se encontraba más integrada. Pese a ello, a finales de diciembre una limpiadora del Cascales encontró una carta que Lucía había escrito supuestamente para despedirse y que ya está en manos de la Policía para su análisis.