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Un corazón de plástico para Óscar

Los médicos de la Clínica Universidad de Navarra optaron por esta medida ante la falta de un donante que cumpliera con sus características

DANIEL ROLDÁN

Sábado, 3 de diciembre 2016, 01:11

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Óscar llevaba más de un año en lista de espera. A sus 47 años, este exalbañil navarro necesitaba un corazón nuevo por culpa de una miocardiopatía dilatada grave con fallo biventricular (de la función de los dos ventrículos), un agrandamiento excesivo. Pero no lo encontraban. Sus características particulares hacían que fuera imposible encontrar un 'motor' que encajase a la perfección. «En el último año ha ingresado ocho veces, algunas con estancias de un mes», explica el doctor Gregorio Rábago, director de Cirugía Cardiaca de la Clínica Universidad de Navarra (CUN).

«Antes casi no podía ni atarme los cordones de los zapatos. Hace un año empecé teniendo que ingresar una semana de cada cinco, pero acabé este año ingresando cuatro semanas y pasando solo una en casa», confiesa. «No conseguíamos darle de alta. Íbamos agotando todas las opciones terapéuticas, medicamentos con los que aguantaba una o dos semanas. Hasta que finalmente tuvimos que ingresarle porque no conseguíamos darle el alta ni desconectarle de esas drogas», apunta. La descomprensión cardiaca que sufría Óscar intensificó su presencia en el hospital, conectado a una bomba de perfusión continua.

La solución era el trasplante que no llegaba. Y Óscar no podía más. «Me echaba en la cama y sentía que me ahogaba porque mi corazón no tenía fuerza», explica. Los médicos optaron por una segunda vía: un corazón artificial. La operación es «similar» a la de un corazón normal y es la primera vez que se realiza en España, aunque es más común de lo que parece. «No se había realizado antes porque tenemos a la Organización Nacional de Trasplantes, que es todo un ejemplo a nivel mundial. Es más habitual en países como Estados Unidos o Escandinavia donde no hay tantos donantes», explica el médico. Al año se suelen implantar cerca de 1.700 de estos 'falsos' corazones en Europa, Estados Unidos y Canadá.

El 21 de septiembre, un equipo multidisciplinar de la CUN procedió a la intervención quirúrgica para implantar al paciente el nuevo dispositivo de la empresa SynCardia. La operación duró ocho horas y se realizó de una forma muy parecida a la de un trasplante convencional. El equipo que usa Óscar consta de dos sistemas de impulsión neumáticos que realizan la función de ambos ventrículos, impulsando la sangre que entra por las aurículas hacia los pulmones y al resto del cuerpo. Del mismo modo que en un trasplante cardiaco, en este caso, los cirujanos deben mantener las estructuras naturales, como son los grandes vasos (aorta y arteria pulmonar) y las dos aurículas. Hasta ahora, los implantes de dispositivos artificiales realizados en España con éxito han correspondido realmente a dispositivos de asistencia ventricular izquierda (AVI), equipos que no sustituyen la función cardiaca como tal, sino que bombean y refuerzan en paralelo la labor del ventrículo izquierdo. En estos casos, no se extirpa el órgano sino que el dispositivo ayuda al ventrículo nativo.

Una mochila

Después de la operación, Óscar permaneció durante un mes en la Unidad de Cuidados Intensivos, otra semana en la Unidad de Cuidados Intermedios y, desde hace tres semanas, en planta. «Está muy animado y contento», desvela el doctor Rávago. Además, el traslado de Óscar llegó a la vez que su nueva compañera. Una mochila donde meter la consola portátil que lleva el dispositivo regulador del corazón artificial y las baterías para su funcionamiento. Hasta que ha llegado desde Berlín, este navarro permanecía conectado a una consola de gran tamaño, lo que le impedía salir de la habitación.

Óscar ya ha comenzado a caminar por los pasillos del centro pamplonés para recuperar la fortaleza en las piernas. Dentro de unas semanas, volverá a casa, aunque su periplo médico no termina aquí. Este corazón artificial es temporal. Tiene una vida útil de cinco años, pero el equipo médico de la CUN espera que el próximo año, este antiguo albañil tendrá un corazón nuevo. Eso sí, humano.

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