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Polvo sí, pero en el cementerio

Polvo sí, pero en el cementerio

En 2015, el 43% de los fallecidos en La Rioja ya fueron incinerados y su gran mayoría no terminan en los cementerios, la gente las deposita en una huerta o las tiene en casa

María Félez

Domingo, 30 de octubre 2016, 20:55

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Elena cumplió con la voluntad de su marido. Tras una larga enfermedad degenerativa que les dejó tiempo para hablar mucho sobre el final de la vida, ambos decidieron que la mejor opción era que sus cenizas permaneciesen en casa. «Es una forma de que siga estando presente en nuestras vidas, parece que cuando lo dejas en un cementerio te desprendes de él aunque sepas que puedes ir todos los días a verlo», dice ella. «Aquí lo siento más cerca», cuenta.

El padre de Nuria fue depositado en una zona del pantano de Calahorra. Allí mismo la familia plantó un árbol en su recuerdo. «Es una forma de recordarlo de manera diferente», explica. Era la zona de Calahorra que más le gustaba a él y por eso la decisión fue fácil a la hora de despedirse de su ser querido.

Carmen depositó las cenizas de su marido en un lugar especial. Era el árbol donde siempre descansaban cuando salían de paseo cuando eran más jóvenes. Era su voluntad y así se cumplió. Ninguno de ellos entiende el motivo de por qué la Iglesia ha tomado la decisión de prohibir este tipo de situaciones.

Esto ha sido a raíz de un documento firmado por el Papa Francisco por el que se advierte de que «no se permite la dispersión de las cenizas en el aire, en la tierra o en el agua o en cualquier otra forma, o la conversión de las cenizas en recuerdos conmemorativos, en piezas de joyería o en otros artículos». Tampoco se podrán tener en los domicilios. Y va más allá: «En el caso de que el difunto hubiera sido sometido a la cremación y la dispersión de sus cenizas en la naturaleza se haga por razones contrarias a la fe cristiana, se le ha de negar el funeral».

«Es incomprensible»

Para estas familias nada tiene sentido. No entienden por qué la Iglesia ha tomado una decisión tan drástica: «Cuando lo leí ayer me parecía una de estas noticias de broma que ponen en las redes sociales».

«Es incomprensible que se pueda negar un funeral por el simple hecho de que quieras cumplir las voluntades de la persona querida», comenta Elena. «Creo que es una cuestión que depende del ámbito personal de cada uno y que la Iglesia no debería tomar parte en decisiones tan personales», remarca Nuria. Carmen tampoco lo entiende.

Y es que este tipo de prácticas son las más habituales. De hecho, desde los servicios funerarios San José explican que «en el 2015 el 43% de las personas fallecidas en La Rioja ya fueron incineradas y su gran mayoría no terminan después en los cementerios, la gente las deposita en una huerta o las tiene en casa».Los datos nacionales avalan que el 63% de los restos incinerados permanece fuera de los cementerios. Según la funeraria, el dato en La Rioja podría incluso ser mayor. Ahora muchos se lo pensarán antes de tomar la decisión final.

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