En verano, cuidado con las medusas

La medusa es un animal invertebrado gelatinoso, transparente y con tentáculos que tiene forma de sombrilla con unas células que secretan toxinas que utiliza para su defensa y para cazar, y que actúan incluso cuando está muerta.

Hay muchas especies de medusas, aunque las más peligrosas no están en las costas españolas. En España, la más molesta es la llamada carabela portuguesa.

La medusa realmente no pica ni muerde, pero su contacto produce una zona roja, que escuece mucho, con la forma del tentáculo. Puede que ni siquiera se haya visto a la medusa, porque algunas variedades son muy transparentes.

Las medusas contienen unas células en sus tentáculos que ante el contacto con una superficie con distinta temperatura a la suya (como puede ser el cuerpo humano) o al contacto con agua dulce, dispara una especie de dardos que atraviesan la epidermis y produce una importante reacción cutánea (similar a haberse cortado con algo).

Los síntomas principales son: picor, dolor, edema, enrojecimiento, vesículas y en raras ocasiones, nauseas, vómitos o mareos.

En ocasiones, posteriormente, aparecen zonas de urticaria alrededor, y en casos muy raros o de picaduras muy extensas pueden aparecer síntomas similares a una reacción alérgica grave.

Cómo evitar las picaduras

1.- Hay playas que colocan indicaciones específicas cuando se han avistado bancos de medusas. Siempre hay que respetar las normas que se establecen en cada playa.

2.- Es altamente recomendable la utilización de crema solar que, además de protegernos de los rayos solares, también tiene una cierta capacidad para aislar la superficie corporal de sustancias como, por ejemplo, las de los tentáculos de medusas.

3.- No se deben tocar las medusas muertas o fragmentos de ellas, ya que su poder urticante persiste hasta 24 horas en condiciones de sequedad.

4.- Se recomienda que aquellas personas que permanezcan un tiempo prolongado en el agua utilicen prendas protectoras (gafas, trajes de neopreno, lycra...).

Qué hacer si nos pican

La Sociedad Riojana de Medicina de Familia y Comunitaria (srmFYC) recomienda:

1.- No frotarse ni con toallas, ni con arena, ni con nada que pueda lastimarnos más.

2.- No aplicar amoniaco ni orina.

3.- Lavar con agua marina, nunca con agua dulce, ya que se favorece que los restos de medusa que queden en la piel liberen más líquido urticante, sufriendo otra picadura.

4.- Para limpiar la zona, el suero fisiológico es perfecto.

5.- Desinfectar las lesiones con un antiséptico: Clorhexidina, Betadine.

6.- Para aliviar el dolor aplicar durante 15 minutos frío en la zona afectada; si se utiliza hielo hay que evitar el contacto directo con la piel, mejor cubierto con algún paño o toalla. Una solución fácil es utilizar bolsas de plástico con trozos de hielo en su interior.

7.- Si hay algún resto de tentáculo adherido a nuestra piel, debemos quitarlo, pero nunca con las manos. Podemos usar unas pinzas o raspando con un plástico duro, como una tarjeta de crédito.

8.- También se puede administrará un antihistamínico vía oral para la reacción y un analgésico o antiinflamatorio ( paracetamol/ibuprofeno) para el dolor.

9.- Puede usarse una pomada de corticoide si hay una gran reacción y tapar la herida con una gasa, manteniéndola aislada del agua y del sol durante dos o tres días

Por norma general, las picaduras de medusas no suelen ser graves, aunque siempre hay excepciones.

Según la Sociedad Riojana de Medicina de Familia y Comunitaria, hay que tener en cuenta que:

La mayoría de las reacciones desaparecen en unos días, aunque a veces las molestias pueden durar semanas o meses.

Los niños, personas mayores o aquellas con alergias que resulten afectados, pueden necesitar una atención especial.

Consultar siempre con el medico de familia: en caso de observarse síntomas como náuseas, vómitos, mareos, calambres musculares, dolor de cabeza o malestar generalizado; si no puede extraer las púas o espinas con facilidad o si hay supuración en la zona de la lesión o aparece fiebre.