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Portada del libro de Carlos García Miranda y Juan Díaz-Faes. :: r. c.
La generación
que volvió a la casilla de salida

La generación que volvió a la casilla de salida

El escritor Carlos García Miranda y el ilustrador Juan Díaz-Faes retratan el proceso de reinvención vital de unos jóvenes castigados por la crisis

ÁLVARO SOTO

Domingo, 26 de junio 2016, 01:18

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Madrid. «A los veintipocos años yo tenía trabajo fijo, un buen sueldo y novia de toda la vida. Un proyecto de vida y un futuro que algunos calificarían de prometedor. A los treinta y bastantes, era freelance y no tenía pareja». Un día de no hace tanto tiempo, el escritor y guionista Carlos García Miranda (36 años) descubrió que a esa edad en la que sus padres tenían la vida resuelta, él se había vuelto más adolescente que a los 15 y con unas carencias económicas y laborales que jamás sospechó. Pero también se dio cuenta de que no era el único, que en su entorno más cercano, entre sus amigos y conocidos, entre los contemporáneos que se iba encontrando, sucedía lo mismo. Iban hacia atrás, como los cangrejos, y en vez de ganar seguridad y progresar, la interinidad se iba apoderando de sus vidas.

De esa 'crisis de los 30' surgió la idea de 'Treinteenagers' (Lunwerg), una reflexión generacional en tono de humor y con un tono decididamente optimista sobre cómo sobreviven los adscritos a esa generación nacida en torno a 1980 en un mundo que no se parece en nada al que conocieron cuando eran niños, ni al que les prometieron que llegarían si estudiaban mucho y se portaban bien.

«'Treinteenagers' es un libro-manifiesto», subraya García Miranda. «En un libro que entenderán a la perfección los miembros de una generación que se pregunta qué ha pasado con sus vidas para haber dado un paso atrás y haber vuelto a la casilla de salida», explica su autor.

La respuesta obvia es la crisis económica más devastadora desde la Segunda Guerra Mundial, que arrasó cualquier plan a medio plazo y obligó a una generación entera a reinventarse. Porque no es que los 'treinteenagers' no quieran madurar, sino que no han podido hacerlo, y se han tenido que adaptar a las circunstancias.

«Yo lo viví en mis propias carnes. Era guionista de televisión ('El internado', 'Los protegidos' o 'Vive cantando') y ganaba una pasta. Pero no era el trabajo de mi vida y encima, al final me acababan pagando menos que al principio», recuerda el escritor. En ese punto, como tantos de sus conocidos, García Miranda decidió cambiar de vida. «Si me van a pagar mal, voy a hacer lo que me gusta», se dijo.

El libro, que se completa con las ilustraciones de Juan Díaz-Faes, invita a ver las ventajas de esta situación y hasta sirve como guía para «darle la vuelta a lo malo». «En realidad, creo que escribí 'Treinteenagers' para que mis padres, que como los de todos nosotros, son nuestros grandes héroes y nos siguen echando una mano cuando lo necesitamos, se dieran cuenta de que no estaba solo en la vida», bromea el autor.

Pero ¿cuáles son las ventajas de ser 'adultescentes'? (otra palabra que define a la generación). Para Carlos García Miranda, los 'treinteenagers' «saben lo que les queda bien y van a lo seguro». El trabajo, el amor, la vida social, la familia y el sexo son algunos de los asuntos sobre los que el libro plantea preguntas y también ofrece respuestas.

Lo curioso es que, pese a todos los obstáculos que ha hallado esta generación, o quizá por esa misma razón, dos 'treinteenagers' optan a la presidencia del Gobierno: Pablo Iglesias (37 años) y Albert Rivera (36) son dos protagonistas principales de la vida política de la España del 2016. García Miranda bromea sobre ellos. «A Pablo Iglesias lo veo como un 'treinteenager' desfasado, el que se viene arriba y te llama un martes para darlo todo. Rivera también es un 'treinteenager', aunque a veces parezca que va a cumplir 86 años. Pero sin duda, el más 'treinteenager' de todos es Alberto Garzón», dice.

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