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Bernardo Atxaga, en su casa. :: gorka salmerón
«El reto del escritor es permanecer en tu sitio cuando llega la tentación»

«El reto del escritor es permanecer en tu sitio cuando llega la tentación»

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Jonás Sáinz

Miércoles, 18 de mayo 2016, 18:16

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«Esto es como el canto de un grillo en un atasco». Creador de imágenes y contador de historias, Bernardo Atxaga -pseudónimo de Joseba Irazu (Asteasu, Guipúzcoa, 1951), autor en euskera y castellano de 'Obabakoak' (1989) y 'El hijo del acordeonista' (2004), entre otras muchas novelas, libros de relatos, poesía y ensayo- apadrina un nuevo número de la revista literaria Fábula (en el centro cultural Ibercaja, a las 20 h.) con una charla sobre 'Los retos del escritor, hoy'. Se diría que Atxaga oye ese ruido atronador a nuestro alrededor y sabe que se trata de un grandísimo atasco. Y, pese a temer que sea imposible de resolver, él continúa cantando oculto entre la hierba. ¿Qué otra cosa podrían hacer un grillo o un poeta?

-¿Cuáles son esos retos de escritor?

-Voy a hablar como mínimo de diez. Uno de ellos es hacer frente a los superventas. Hace treinta años los superventas tenían un espacio y el resto de la literatura, otro. Pero eso ya ha cambiado y los superventas se han comido todo y están marcando el ritmo del mercado editorial.

-¿Quiere decir que se está pervirtiendo la creación literaria ante los dictados del mercado editorial?

-Claro. Es aceptable que todo el mundo se gane la vida, pero antes había una proporción que ya no existe. Hace treinta años Juan Benet se lamentaba de que solo vendía un colombiano, un tal García Márquez. Pero la obra de Benet ha sobrevivido. En cambio, yo no sé qué sobrevivirá de la literatura actual.

-¿Es una derrota definitiva?

-No lo sé. La poesía, por ejemplo, está desaparecida. No un autor o dos; todo un género. Los espacios de la poesía están muy disminuidos apenas a reductos y revistas como Fábula.

-Por otro lado, muchos escritores buscan difusión en medios de comunicación. ¿Cree que los hay al servicio de los poderes?

-La independencia es otro de los retos. Yo creo que los escritores, a lo largo de la historia de la literatura, siempre han ido acompañados de un hermano o un . No han ido solos. Hubo una época en la que el Partido Comunista era un buen hermano para muchos escritores. Con el hundimiento de la Unión Soviética cambiaron las tornas y hubo una corriente fortísima ultraliberal y pro-Estados Unidos... Siempre depende de cómo sopla el viento, pero media palabra basta para hacerle la pelota al poder, y el reto para el escritor, y para cualquiera, consiste en saber permanecer en tu sitio cuando te llega la tentación del diablo.

-¿Escribir sigue siendo ejercicio de libertad?

-Escribir es libertad. Si hablo de diez retos, siete de ellos consisten en decir 'no' para poder ser libre. Hay que mantenerse en tu baldosa y no moverte de ahí cueste lo que cueste.

-¿Y eso cuándo te lo reconocen?

-Seguramente nunca. No hay que actuar así esperando un premio final o el cielo. Hay que ser fiel a uno mismo a la manera kantiana, simplemente porque hay que hacerlo, por amor al arte, aunque cueste y nadie te lo vaya a reconocer nunca.

-Hace doce años me habló del Decamerón cuando le pregunté si escribir ha de ser un refugio o un combate. ¿Qué piensa hoy?

-Escribir es exponerse pero sigo pensando que también debe ser refugio. Recuerdo que entonces hacía referencia a la peste en Florencia como metáfora del mundo que sufre, y sigo creyendo que debe haber espacios, islas de tiempo, más que para la evasión, para la palabra.

-¿Su mirada es de perplejidad o le queda esperanza?

-Con los años tengo la sensación de tener que ir recogiendo la habitación, de tener que repasar la vida, de hacer repliegue. Creo mucho en la reflexión y en compartir la reflexión. Leyendo unos poemas el otro día pensé, esto es como el canto de un grillo en un atasco. La desproporción es enorme, pero yo creo que se puede hacer poquitos a poquitos.

-Otra imagen suya habla de aves del Amazonas que repiten palabras de lenguas ya desaparecidas. ¿La cultura que conocimos está en ese extremo, en el pico de las aves?

-El mundo es cada vez más estrecho, de pensamiento único, pero no podemos vivir permanentemente en la desolación... por lo menos de día. Creo que todavía quedan voces singulares y que aún no estamos en el pico de los loros; no somos esos loros cantando la última palabra.

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